En una charla ofrecida el martes en Quito, la abogada, investigadora y periodista Eva Golinger expuso su tesis de que las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) financiadas por Estados Unidos están inmersas y forman parte activa de golpes de Estado, inestabilidad de la región y atentados contra países considerados “peligrosos”.
Golinger dijo que EE.UU., a través de una estrategia militar, diplomática y económica, trata de evitar que los países de la región se unan y se conviertan en potencias. El objetivo sería controlar los recursos estratégicos como agua y petróleo y que estos no caigan en rivales como China e Irán.
Para lograrlo, aseguró Golinger, EE.UU. promueve la inestabilidad política con estrategias de “contra insurgencia”. En eso participan el Pentágono, Departamento de Estado y Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés).
La segunda institución ingresa a los Estados, según Golinger, por la parte diplomática; si eso falla intervienen el Pentágono y Usaid, la misma que “juega un papel fundamental en las estrategias de agresión de los Estados Unidos, de una manera abierta para promover su propia agenda”.
Golinger añadió que la agencia, que al momento tiene actividades en Ecuador, posee convenios con el Gobierno de 37 millones de dólares. Lo mismo ocurre en otros países como Venezuela y Bolivia, donde tienen proyectos direccionados a promover el desarrollo, afianzar la democracia y expandir el libre mercado.
“La Usaid empezó a operar en 1961, tiene una doble cara: por un lado se presenta con esa fachada de ser una agencia dedicada a la asistencia humanitaria, y por su lado más oculto está contribuyendo a proyectos políticos para promover la agenda de Washington. Ha sido utilizada por agencias como la CIA, como cobertura para sus acciones de inteligencia”, recalcó.
Los Estados gobernados por presidentes de izquierda son el blanco de ataques que comienzan con el uso de grupos como jóvenes, mujeres, organizaciones políticas y gobiernos locales, al punto de crear confrontación desde las bases con sus gobernantes.
La experta estadounidense-venezolana añadió que otra de las tácticas de las ONG es crear una agenda a favor de los intereses norteamericanos.
Para ello usan a los medios de comunicación que explotan supuestos problemas sociales con la finalidad de lograr una percepción de una sociedad violenta y pobre. Así obtienen la promoción de una agenda política y económica, utilizando y cubriéndose detrás de los derechos de la libertad de expresión. “No son coincidencia los golpes de Estado de Honduras, Venezuela, Paraguay y los intentos en Ecuador y Bolivia”, aclaró la investigadora.
Sobre los nexos que tendría WikiLeaks con una ONG vinculada con la CIA de Estados Unidos, dijo que debe aplicarse el “derecho a la duda”. Aclaró que puede ser que los miembros de WikiLeaks no conocían del nexo; sin embargo, lo importante ahora es la filtración de los documentos que reflejaban el juego de la diplomacia estadounidense.
Por eso destacó que el principal de la organización, Julian Assange, es actualmente un perseguido político de Estados Unidos, por lo que merece el asilo político en cualquier país, aseveró Golinger. La investigadora, que ha publicado varios libros sobre el rol de Estados Unidos en la región, dijo que ha sido objeto de amenazas por sus publicaciones.