John Connor, experto estadounidense ambiental, quien declaró a favor de la compañía petrolera Chevron-Texaco, en el proceso multimillonario que llevan los afectados por la compañía en el Ecuador, acaba de sufrir un duro golpe a su credibilidad cuando un jurado de EE.UU. rechazó su testimonio y emitió una sentencia 19 millones dólares contra esta gigantesca petrolera. Texaco fue acusada de causar retraso mental de varios residentes de Mississippi, quienes han estado expuestos al gas que se escapa de sus depósitos petroleros, así lo señalan los documentos de la corte y los abogados que acusan a la compañía.
En el juicio, que tuvo lugar desde marzo 30 hasta abril 8 (de este año) en el condado de Jefferson, Mississippi, Connor admitió, en el interrogatorio, que: durante casi dos décadas de trabajó con Chevron nunca concluyó que el impacto de las operaciones de su cliente perjudicó a una sola persona, según documentos judiciales. “No hubo lesiones a las personas que son responsabilidad de Chevron o Texaco”, señaló.
El testimonio no conmovió al jurado y este terminó rechazando la conclusión de Connor. Todo lo contrario, determinó que el daño cognitivo de cinco personas (demandantes) es real y por eso fijó una cifra equivalente a 19 millones de dólares por daños. Así lo explicó Ed Flechas, representante de los demandantes. Ahora Chevron está apelando la decisión.
“John Connor perdió su credibilidad como un científico dada su actuación en Mississippi,» dijo Flechas. Los afectados sufrieron un severo retraso físico y mental debido a la contaminación del suministro local de agua de los tanques de almacenamiento subterráneo de Chevron.
Pero no solo que Connor ha perdido la credibilidad, sino que también admitió trabajar para Chevron. En su testimonio dado en Mississippi, él admitió que Chevron le pagó “por lo menos ocho millones de dólares» por cambiar su testimonio, es decir, asegurar que la petrolera no ha causado daños. También dijo que ha hecho entre 3 y 5 millones de dólares por actuar en el caso de Ecuador solo desde que comenzó el juicio en 2003.
Connor es importante en el caso ecuatoriano pues en este país las apuestas de Chevron son considerablemente más altas y donde la defensa de la empresa se basa en gran medida en la credibilidad de Connor. Un informe de daños presentado por los demandantes en el Ecuador el 16 de septiembre determina que Chevron podría ser responsable de hasta a $ 113 millones de dólares en daños y perjuicios. Una gran parte de esa cantidad se deriva de hasta 10.000 muertes por cáncer que se espera en las próximas décadas si no se realiza una limpieza inmediata.
Es importante precisar este antecedente, Connor se ha vuelto, para Chevron una pieza clave en el juicio en Ecuador, pues él es el encargado de la presentación de más de 45 informes de expertos que supuestamente evaluaron el impacto ambiental en docenas de instalaciones de Chevron en la Amazonia ecuatoriana y de la producción de petróleo que son objeto del litigio.
Con este antecedente, se entiende las conclusiones de los informes presentados por Connor en las cortes ecuatorianas. Ahí se dijo que la compañía no era responsable de ningún daño a pesar de la evidencia científica.
De hecho el informe de Connor es el único que contradice a los cientos de informes científicos independientes. Hasta la fecha, más de 64 000 científicos y más de 200 000 páginas de expediente del juicio señalan que el 100% de los lugares operados por Chevron, incluso los ya remediados están contaminados.
Los estudios también advierten altas tasas de defectos de nacimiento, abortos espontáneos y cáncer en el área de Ecuador, donde opera Chevron.
«John Connor, obviamente, es una persona que vende sus conclusiones por su dinero. Es un experto en el uso de artimañas para tratar de obtener beneficios de Chevron”, señaló Pablo Fajardo, abogado de los beneficiados.