Diario «The Guardian» resaltó entre sus páginas un artículo del catedrático y actual secretario Nacional de Planificación:
«El Presidente Correa ha priorizado a los seres humanos sobre el capital, para crear una nación digna de su sobrenombre: «el jaguar latinoamericano»
El jaguar es el equivalente sudamericano del tigre. Vive en la selva tropical amazónica, y simboliza la agilidad, la astucia y la sorpresa.
Ecuador suele describirse ahora como el jaguar latinoamericano [en analogía con los tigres asiáticos, nota del traductor]. Y esto no sólo porque hemos roto con la ortodoxia del consenso de Washington, sino también porque estamos desarrollando alternativas económicas innovadoras, por cuenta propia, nacidas en el hemisferio sur.
La transformación del Ecuador empezó en 2007, tras el triunfo en las urnas de la llamada 'revolución ciudadana' del Presidente Rafael Correa. Después de seis años de gobierno, la revolución ganó nuevamente por mayoría democrática en febrero [de 2013], con el 57% de la votación en la elección presidencial y dos tercios de las curules del parlamento.
Al rechazar las recetas neoliberales de privatización, ajuste estructural y demanda reducida, hemos crecido 4,3% en los últimos cinco años, pese al bajón de la economía global. La causa central de este crecimiento, así como de la reducción del desempleo a la menor tasa de la región, ha sido la inversión pública, la cual fue del 14% en 2011, la más alta en Latinoamérica.
ésta es la parte clave para que nuestra economía pase de la dependencia en exportación de materias primas y extracción mineral, a basarse en el conocimiento. También hemos reformado y vuelto a regular el sistema bancario, además de haber ampliado el papel de las cooperativas de ahorro y crédito, y renegociar los acuerdos asimétricos con las empresas multinacionales.
Nuestro modelo alternativo de sociedad se fundamenta en el concepto del Buen Vivir (en español) o Sumak Kawsay (en quichua, la principal lengua indígena andina). Enraizado en las sociedades ancestrales de los Andes, éste no es un retorno al pasado, sino una mirada al futuro que rechaza la concepción miope de un desarrollo basado exclusivamente en el crecimiento económico. También rechazamos la falsa dicotomía entre Estado y mercado, en beneficio de una interrelación más compleja de la sociedad con el Estado, el mercado y la naturaleza.
Durante el primer periodo de la revolución ciudadana, los ingresos fueron redistribuidos y rápidamente se redujo la pobreza. Según la ONU, Ecuador redujo la desigualdad, medida según el coeficiente de Gini, más que ningún otro país latinoamericano entre 2007 y 2011 -un logro significativo en una región con la mayor concentración de desigualdad social en el mundo.
Para lograrlo, hemos priorizado los derechos de nuestra población por encima de nuestros compromisos con el FMI y el Banco Mundial, los cuales forzaron al Ecuador a reembolsar su deuda en términos injustos, lo cual significaba descuidar la salud, la educación, la infraestructura social y la inversión pública. En 2006, el servicio de la deuda externa del Ecuador representaba el 24% del presupuesto del Estado. Hoy es apenas el 4%, lo cual ha liberado recursos para transformar las vidas de muchos.
En concordancia con nuestros valores de desarrollo sustentable, Ecuador es el primer país del mundo cuya Constitución reconoce los derechos de la naturaleza. Hemos lanzado a escala internacional un plan sustentado para detener la explotación de petróleo en un área amazónica considerable, con la finalidad de reducir las emisiones de carbono y de proveer recursos para ampliar la energía renovable.
Ahora trabajamos en profundizar la integración regional para impulsar el desarrollo, buscando una base colectiva para enfrentar los desafíos económicos y ambientales. Estamos convencidos de que los tratados de 'libre' comercio podrían, este momento, lesionar a nuestro país y que serían un mal negocio.
Apoyado por la gran mayoría de sus pueblos, un proceso histórico para construir la «gran nación latinoamericana» está avanzando. Desde ahora ofrece lecciones al resto del mundo: en cómo incrementar la igualdad social priorizando al ser humano sobre el capital; en innovadores modelos financieros para superar la amenaza de las crisis, y en nuevas concepciones del Buen Vivir, fundamentado en sustentabilidad social y ambiental. Ecuador está en el corazón de esta transformación, ofreciendo algunas de las fortalezas del jaguar.