Un plazo de 60 días tiene la administración temporal de la fábrica de armas y municiones FMSB Santa Bárbara para convocar a un concurso público que permita seleccionar al nuevo administrador.
El pasado 16 de mayo, el directorio de la empresa pública designó al ingeniero Pablo Figueroa como gerente temporal de Santa Bárbara.
Figueroa lleva 25 años en la empresa y se desempeña como jefe de la División de Armas y Municiones. El funcionario tiene como misión nombrar al nuevo gerente general sobre la base de la Ley de Contratación Pública y entregar los informes administrativos y financieros de la empresa que fueron elaborados por su antecesor, el teniente coronel Marcelo Murillo.
El gerente saliente simplemente cumplió con la disposición del presidente de la República, Rafael Correa, de dar paso a los civiles para que administren las empresas del Estado.
Días atrás, el ministro de Defensa, Miguel Carvajal, y el jefe del Comando Conjunto, Leonardo Barreiro, manifestaron que el cambio de administración militar por civil en las empresas públicas de las Fuerzas Armadas, como en aquellas que pertenecen al Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa) a través de la Corporación Industrial y Comercial Holdingdine S.A., es parte de un proceso.
Carvajal expresó que el caso de Santa Bárbara es especial por su personería jurídica. Pese a que la fábrica se dedica a una actividad económica destinada a la defensa nacional, como manda la Constitución, compartía un sitial en el Holdingdine entre 13 empresas militares, cuyo objeto social tiene que ver con la manufactura y la agroindustria.
Trayectoria empresarial
Santa Bárbara fue creada en 1977 como una empresa del Ejército para producir munición de guerra. En 1998 se transformó en sociedad anónima, con accionistas y capital privado.
Para el año 2000 la fábrica pasó a formar parte del grupo empresarial Holdingdine S.A. y en 2004 cambió su razón social por la de FMSB Santa Bárbara S.A.
El 5 de abril de 2012, FMSB Santa Bárbara S.A. se transformó en empresa pública. Personal del complejo militar indicó que el presupuesto de la fábrica no ha variado desde 2009, pues oscila entre 9 y 10 millones de dólares. Sin embargo, reconocieron que los ingresos por concepto de las ventas de armas de fuego y municiones no se encuentran en un buen nivel.
La razón es que en 2007 la reforma a la Ley de Régimen Tributario Interno incluyó a las armas de fuego y municiones dentro de la lista de bienes y servicios gravados con el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE). El pago de este impuesto se ubicó en el 300% para este tipo de bienes.
En 2010, con una nueva reforma a la ley se determinó que las armas y municiones adquiridas por la fuerza pública quedan exentas del pago de este impuesto.
Según la página web de la revista Ekos, basada en información de la Superintendencia de Compañías (SC) y del Servicio de Rentas y Internas (SRI), correspondiente al ejercicio fiscal de 2010, las ventas de armas y municiones se ubicaron en el orden de los $ 4’954.984. Mientras los activos en $ 11’232.828, los pasivos en $ 7’249.367, el patrimonio en $ 3’983.461, y la utilidad en $ 21.126.