El ministro del Interior, José Serrano, dijo este martes que la filtración de una información sobre una avioneta, presuntamente usada para el narcotráfico, que aterrizó en Santa Elena, entorpeció las investigaciones y el operativo de las autoridades.
«El viernes ingresó en horas de la noche nueva avioneta sin ser detectada por radares chinos», escribió en su cuenta en Twitter el coronel (r) Mario Pazmiño, ex jefe de Inteligencia del Ejército. También difundió los datos en una radio local.
En rueda de prensa, Serrano informó que se hacía el seguimiento de la aeronave y que el sábado 2 de junio, a las 13:00, se inició la indagación previa con la Fiscalía basado en el parte de la Policía. Ese mismo día a las 17:45 se produjo el aterrizaje en un hangar privado de la localidad de San Pablo.
El ministro explicó que personal de Inteligencia de la Policía había montado un operativo en la zona para aprehender a los sospechosos.
«Estábamos realizando indagaciones hasta que el coronel Mario Pazmiño hace pública una investigación poniendo en riesgo la vida de agentes», expresó Serrano.
Contrario a los datos difundidos por Pazmiño, el titular del Ministerio del Interior recalcó que «los sistemas de alerta lograron detectar este vuelo irregular antes de que aterrice la avioneta».
«La investigación ha sido frustrada y el operativo se cayó debido a la información divulgada por el coronel Pazmiño», reiteró. Dijo que por ello, el ex Jefe de Inteligencia del Ejército «va a tener que responder penalmente».
Añadió que continuarán con las investigaciones en este proceso y ratificó el respaldo a los policías y fiscales que luchan contra el crimen.
La aeronave, que sería de origen mexicano, se encuentra custodiada por los agentes.
El pasado 13 de mayo se estrelló otra avioneta, con matrícula mexicana, en la provincia costera de Manabí, que las autoridades ecuatorianas creen que también tenía vínculos con el narcotráfico.
En el lugar del accidente hallaron 1,3 millones de dólares en una maleta y los cuerpos de dos hombres de nacionalidad mexicana.
La Policía descubrió posteriormente un laboratorio para procesar cocaína cerca del sitio donde se cayó el aparato, que había entrado en Ecuador de forma ilegal.