El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó ayer levemente las perspectivas de crecimiento económico de Latinoamérica para 2012, hasta el 3,6%, en un entorno global con riesgos debido a la crisis en Europa.
Los pronósticos suponen una revisión a la baja de los realizados durante la última presentación del informe, a finales de septiembre, cuando preveía para este 2012 un crecimiento de un 4%.
Según los datos actualizados del informe “Perspectivas Económicas Mundiales” de septiembre, el Producto Interior Bruto (PIB) de Latinoamérica crecerá este año cuatro décimas menos de lo previsto anteriormente y cerrará 2013 con un aumento del 3,9%, dos décimas por debajo de las anteriores previsiones.
No obstante, el PIB de Latinoamérica se mantendrá en 2012 por encima de la media mundial del 3,3% en 2012 y el 3,9% en 2013, pese a que el FMI advirtió que la situación de crisis de deuda en la zona del euro condicionará sus proyecciones.
En su nueva revisión, el FMI solo menciona a dos países como referencia de la región, Brasil y México, para los cuales -al igual que en el resto del continente- reduce una vez más las expectativas de crecimiento.
Según el organismo financiero internacional el gigante sudamericano no crecerá más del 3% este 2012 -frente al 3,6% pronosticado todavía en septiembre- para llegar al 4% el año próximo.
En el caso de México, la revisión es algo menor: la economía del país crecerá tanto este como el año próximo 3,5%, levemente por debajo del 3,6 previsto hace cuatro meses. La cifra es la misma que pronosticó el presidente del Banco de México (central), Agustín Carstens, unas cifras que ya calificó de “bastante buenas” en vista de la coyuntura mundial.
El rendimiento de las economías latinoamericanas es un reflejo, según el FMI, de la tendencia que demostrarán este y el año próximo las economías emergentes y en desarrollo como un “reflejo del deterioro del ambiente externo, así como la ralentización de la demanda doméstica en economías emergentes clave”.
El informe de estabilidad financiera del Fondo, publicado ayer, alerta de que la situación en la zona euro es una amenaza no solo para las economías avanzadas, sino para las emergentes, que hasta ahora se han mantenido al margen.
El FMI indicó que los países emergentes en muchos casos han creado “colchones amplios de reservas que podrían ser usados para contrarrestar los choques externos de liquidez”. Sin embargo, advirtió del riesgo que supone el hecho de que la crisis en la UE haya empujado a las instituciones financieras de la Eurozona a dirigir sus flujos de capital a mercados emergentes, lo que puede aumentar la vulnerabilidad de esas economías respecto al exterior.