Una roca gigante que se desprendió de una ladera en la mina de la empresa cementera Lafarge, ubicada en la parroquia Selva Alegre, del cantón Otavalo, cayó sobre los mineros Floresmilo Morán, de 50 años, y Kléver Cacuango, de 30.
Según la información preliminar que entregó el Cuerpo de Bomberos de Otavalo, no hay posibilidades de que uno de los trabajadores se encuentre con vida por las dimensiones de la roca y por los rastros de sangre cerca de la escena.
El accidente habría ocurrido el pasado sábado, a las 10:30, cuando los obreros, oriundos de Guayaquil e Ibarra, respectivamente, operaban la maquinaria pesada para extraer la materia prima que utiliza la industria cementera.
Las labores de rescate de los organismos de socorro, la mañana y tarde del sábado, no avanzaron por el clima y las características del accidente.
El bombero Wilson Jaramillo, jefe del operativo de rescate, indicó que luego de dos horas de evaluar la escena decidieron retirarse de la mina, porque no tenían el equipo necesario y, además, las condiciones en el sitio eran peligrosas, pues había la posibilidad de que se desprendieran más rocas de la inestable ladera.
Según el informe de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) de Imbabura, la roca que aplastó a los mineros tiene una dimensión aproximada de 30 metros de alto por 30 metros de ancho. Las tareas de rescate fueron reiniciadas ayer.