El Gobierno argentino criticó hoy a los piquetes que bloquearon los accesos a Buenos Aires y obligaron a los comerciantes a cerrar y sumarse a un paro nacional, mientras los sindicatos convocantes acusaron al Ejecutivo de tener un discurso «neoliberal».
«No hay paro. Un paro es cuando los obreros y los empleados deciden no acudir a sus lugares de trabajo. Esto es un piquetazo, en el que los que logran ir a trabajar son apedreados, como estamos viendo en el centro porteño», dijo el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, en declaraciones radiales.
«Han mostrado su peor cara, con cortes en los accesos y las vías, con amenazas a comerciantes. Nada bueno puede salir de un paro como éste», afirmó el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, y agregó que se trata del «paro de la prepotencia y el autoritarismo».
Randazzo insistió en que «pueden ejercer su derecho a reclamar y a la huelga, pero lo que no pueden hacer es impedir que el resto de los argentinos vaya a trabajar».
El secretario de Seguridad argentino, Sergio Berni, declaró a los medios que el Gobierno llevará a la justicia a «los delincuentes que han provocado destrozos en bares y comercios» que habían decidido abrir hoy sus puertas.
«Hemos respetado los cortes, más allí de que hayan sido cortes minúsculos, pero no vamos a tolerar este tipo de violencia y delincuencia», dijo Berni, quien explicó que fueron amenazados todos los locales gastronómicos del centro de Buenos Aires.
El secretario general de la Central Obrera de Trabajadores de Argentina (CTA), Pablo Micheli, criticó que el Gobierno hable de «ese concepto neoliberal que es la libertad de trabajo, cuando la verdadera libertad de trabajo es trabajar en blanco, con un salario digno».
En un mitin en uno de los accesos a Buenos Aires bloqueados hoy por los sindicatos, Micheli calificó de «éxito» la huelga nacional e instó a la presidenta argentina, Cristina Fernández, a acercarse a «todos los puntos donde hay trabajadores y va a encontrar que están desiertos como si fuera un domingo».
El diputado nacional y líder del sindicato de Peajes, Facundo Moyano, aseguró que el paro «fue masivo y tuvo un gran acatamiento» y pidió al Ejecutivo de Fernández que «tome nota y convoque al diálogo».
La huelga está convocada por un ala de la Confederación General del Trabajo (CGT) y otra de la Central Obrera de Trabajadores de Argentina (CTA), lideradas por dirigentes enfrentados al Gobierno de Cristina Fernández.