El Gobierno argentino anunció este viernes el fin de la intervención estatal de YPF y acusó al grupo español Repsol de tener planes de «vaciamiento» para la compañía y «depredar» el medio ambiente, en vísperas de la junta de accionistas de la petrolera convocada en Buenos Aires para el próximo lunes.
Las acusaciones contra Repsol fueron lanzadas por el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof, al presentar un informe elaborado por los interventores del Estado sobre la situación de YPF, cuya intervención y expropiación a Repsol fue anunciada el pasado 16 de abril.
«YPF era una compañía en liquidación», dijo Kicillof. «Era una vaca lechera a la que iban a ordeñar hasta la muerte», insistió uno de los nuevos hombres fuertes del Gobierno de Cristina Fernández.
«No han explorado, no han invertido en superficie, han dejado caer las reservas, han dejado caer la producción y han hecho mucha plata», afirmó en relación con la gestión de Repsol en la petrolera argentina.
Sostuvo que las nuevas autoridades han «visto planes confidenciales para el futuro y esto iba a hacer todavía más daño, iba a configurar una figura que he llamado vaciamiento (…) con uso irracional de los recursos».
A criterio de Kicillof, la estrategia de Repsol se concentró en utilizar los beneficios de YPF para su expansión internacional.
A pesar de las duras acusaciones lanzadas contra Repsol, el viceministro argentino admitió que el grupo español «deja una YPF de una potencialidad enorme, aun con toda la destrucción que sembraron».
Repsol controlaba el 57 % del capital de la petrolera argentina y tras la expropiación mantuvo un 6 %.
Ahora pasa a controlar el 12 % de YPF tras asumir los derechos políticos de otro 6 % que correspondía a la garantía de los préstamos con los que el grupo Petersen entró en la firma.