El Gobierno de Ecuador recomendó hoy a sus ciudadanos evitar ir por carretera a Colombia ante las protestas campesinas que afectan a varios departamentos de ese país y que ha generado bloqueos en varias vías, informó la Cancillería en Quito.
El Gobierno recomendó a «los ciudadanos ecuatorianos que tengan planificado viajar vía terrestre al vecino país, evitar hacerlo hasta que la situación se normalice».
La sugerencia toma en cuenta la «difícil situación que enfrenta Colombia a causa del paro nacional» y que también ha tenido impacto en el puente internacional de Rumichaca, el principal paso fronterizo por carretera entre los dos países.
Además, la Cancillería sostuvo que el Gobierno «ha emprendido acciones, en coordinación con las autoridades de Colombia, para ayudar a los ecuatorianos afectados por esta medida de hecho».
Según algunos medios de prensa, algunos ecuatorianos no han podido retornar al país desde Colombia, por el cierre de carreteras en el vecino país.
La Cancillería indicó en su escrito que informará «de cualquier avance o novedad que se produzca respecto a la situación en la zona fronteriza con Colombia».
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció hoy la apertura de una mesa de negociación con los campesinos de tres departamentos del país para buscar, a partir de mañana, una solución a la huelga del sector agropecuario iniciada hace ocho días.
«He dado las instrucciones para que se acepte la propuesta de los campesinos de Boyacá para que se reúnan en una mesa representantes de Boyacá, de Cundinamarca y de Nariño con los ministros respectivos», dijo el mandatario.
Las protestas han dejado al menos cinco muertos y cuantiosas pérdidas económicas por el bloqueo de carreteras, según el Ejecutivo colombiano.
La huelga fue convocada por un sector de los caficultores pero ha tenido mayor repercusión entre los productores de papa, leche, tomate y hortalizas de Boyacá (centro), que alegan ser víctimas de las importaciones de alimentos, del contrabando, del alto coste de los combustibles y fertilizantes y de la falta de apoyo estatal.
La decisión de abrir una mesa de negociación no implica que los bloqueos en las carreteras se van a levantar de inmediato, pero según el presidente Santos, las partes acordaron un «pacto de no agresión» por el que no habrán excesos por parte de la Policía ni acciones por parte de los campesinos que obliguen a la fuerza pública a intervenir.