En medio de las múltiples y severas sanciones que Occidente ha impuesto sobre Rusia, el país eslavo encuentra en Latinoamérica apoyo de ciertos países. Otros han decidido mantenerse “neutrales”.
Vladimir Putin ha encontrado en el presidente venezolano, Nicolás Maduro, un gran aliado. En declaraciones previas a la invasión rusa a Ucrania, el mandatario de Venezuela declaraba que los “ejercicios militares” rusos en la frontera estaban justificados frente a la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Además, aprovecho para acusar al “imperio” de la OTAN de lo que sucediese en la frontera Rusia-Ucrania. Una vez que el conflicto armado empezó, el Gobierno venezolano emitió una circular en la que expresaba preocupación por la crisis y atribuía el inicio de esto a la OTAN. También, los medios controlados por la presidencia de Maduro replicaban contenidos de medios rusos, acusando al presidente de Ucrania de “fascista”.
No obstante, el pasado 5 de marzo, Estados Unidos envió una delegación a Venezuela para dialogar un posible levantamiento a las restricciones del petróleo venezolano. De esta forma, se podría volver a integrar a los mercados internacionales. Esto surge como una alternativa al embargo económico al crudo ruso, impuesto por el presidente estadounidense Joe Biden. En días posteriores, se liberó al directivo estadounidense de Citgo en Venezuela, como parte de las negociaciones entre las delegaciones de ambos países.
Nicaragua también ha aprovechado la situación para afianzar sus lazos de cooperación con Rusia. El presidente nicaragüense aplaudió la decisión de reconocer la independencia de las regiones de Lugansk y el Donbás. De igual forma, se ha manifestado en contra de las sanciones impuestas por el bloque occidental al país eslavo.
Otro país que tomó postura por Rusia fue Cuba. El presidente cubano Miguel Díaz-Canel manifestó que está a favor de buscar una “solución por la vía diplomática”. Sin embargo, días antes de la invasión, el Canciller cubano acusaba a Estados Unidos de promover una “histeria propagandística” en contra de Rusia, que tenía como finalidad manipular a la comunidad internacional. No se puede olvidar que el gobierno ruso aplazó la deuda que mantiene Cuba con ellos.
Asimismo, hay países latinoamericanos que han decidido mantener una postura más “tibia”. Por ejemplo, México. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, declaró “enérgicamente” estar en contra de la guerra e insta a los países involucrados buscar una solución pacífica del conflicto. Días más tarde condenó la invasión rusa a Ucrania. Ahora bien, el Canciller mexicano declaró que no han contemplado romper relaciones diplomáticas con Rusia, ni unirse al paquete de sanciones de Occidente.
Otro caso es el de Brasil. Jair Bolsonaro, presidente de dicho país, aún no ha tomado una postura clara frente al asunto. El Ministro de Relaciones Exteriores brasilero llamó “operaciones militares contra objetivos específicos en territorio ucraniano” a los sucesos en la frontera Ucrania-Rusia, pidiendo una solución diplomática. Por otro lado, el vicepresidente Hamilton Mourão opinó que debe existir una respuesta militar frente a los hechos, ya que “el mundo occidental está como en 1938 con Hitler. Putin no respeta el apaciguamiento”. Momentos más tarde, este sería desacreditado en Facebook por Bolsonaro, quien argumenta que la política internacional es competencia del presidente.
Argentina se sumó a las condenas a Rusia por utilizar la fuerza armada. La Cancillería argentina ha hecho un llamado a Rusia a terminar todas las acciones militares de la incursión a territorio ucraniano y que los involucrados tomen las medidas para desescalar el conflicto, para poder llegar a una solución diplomática.
Por su lado, Bolivia ha tomado una posición neutral. Su Cancillería emitió un comunicado en el que “hace un llamado a la paz y exhorta a las partes a la búsqueda de soluciones político diplomáticas dentro del marco del Derecho Internacional y las Naciones Unidas”.
Los países que han tomado posturas más categóricas en contra del país eslavo fueron Colombia, Chile y Costa Rica. Los presidentes y Cancillerías de dichos Estados han condenado la invasión rusa al territorio de Ucrania, la violación a la soberanía del Estado Ucraniano y han acusado a Rusia de “atentar contra la paz mundial”.
Así es posible ver cómo se va configurando el tablero geopolítico para Rusia en el continente latinoamericano. Existen posiciones divididas y, seguramente, las negociaciones de Estados Unidos con Venezuela podrían llevar a un escape de la dependencia occidental en el petróleo ruso, poniéndolo en contra de su aliado. Además, con las sanciones de Occidente, las relaciones diplomáticas y comerciales entre Latinoamérica y Rusia seguramente llegarán a un “impasse”.