Cientos de personas se manifestaron hoy en Beirut a favor de los derechos de los trabajadores emigrantes en el Líbano, donde han aumentado las denuncias de malos tratos contra las empleadas domésticas.
La marcha, que fue convocada por varias ONG e incluyó bailes y cantos, partió de Dora, la entrada norte de la capital, para dirigirse a la iglesia de San José, en la turística calle Monot.
Entre los manifestantes había muchas jóvenes asiáticas y africanas con banderas de sus países y algunas vestidas con trajes típicos, según las imágenes retransmitidas por la televisión libanesa.
«Las trabajadoras no son esclavas», «todos tenemos derecho a leyes laborales justas», fueron algunas de las consignas coreadas, que centraron su rechazo en el sistema «kafala» (avalista), que vincula al trabajador con su empleador.
Los manifestantes pidieron la abolición de este sistema y denunciaron que por su culpa «muere una empleada doméstica cada semana».
Una de las trabajadoras que participó en la marcha leyó un comunicado en el que hizo un llamamiento al Gobierno para que suprima el aval y ofrezca una mayor protección a las empleadas domésticas.
Se estima que hay unas 200.000 trabajadores extranjeras, en su mayoría de países asiáticos y africanos, en el Líbano.
Su situación volvió a la actualidad tras el reciente suicidio por ahorcamiento de una joven etíope que fue filmada días antes cuando estaba siendo golpeada por su empleador delante de la embajada de su país.