Grecia busca nuevos suministradores de petróleo para sustituir su dependencia del crudo iraní a tan sólo tres meses de que comience oficialmente el embargo aprobado por la Unión Europea al petróleo procedente de la República Islámica.
La búsqueda se ve apremiada por el corte de suministro decretado hoy por Teherán contra dos grandes empresas griegas -Hellenic Petroleum y Motor Oil Hellas- debido a que han dejado de pagar sus compras, según informó la televisión pública iraní PressTV.
Según medios locales, este hecho se debe a que las empresas griegas -a pesar de que Grecia y otros países están eximidos temporalmente del embargo- están teniendo problemas para hacer los pagos al sistema bancario iraní, que también está embargado por las decisiones de Bruselas.
Preguntada por Efe, la empresa semipública Hellenic Petroleum se negó a confirmar o desmentir el corte de abastecimiento y se limitó a afirmar que podrán «garantizar el suministro».
Por su parte, una fuente del Ministerio de Energía griego declaró a Efe: «El contrato de Hellenic Petroleum con Irán es para los primeros seis meses del año y, por tanto, continúa vigente».
El 70 % de la energía consumida en Grecia depende de fuentes externas.
En 2011, el país importó 14 millones de toneladas métricas de crudo por un valor de 12.900 millones de dólares, un precio superior al pagado en 2010, cuando se importó una cantidad ligeramente superior por 12.000 millones de dólares, algo que el Ministerio de Energía achaca a la depreciación del euro.
Según datos del propio ministerio, de estas importaciones, entre el 30 % y el 35 % procedieron de Irán, dado que era el único país que fiaba los pagos de una Grecia ahogada por su abultada deuda, del 170 % del PIB.
«Estamos haciendo todo lo posible para garantizar el aprovisionamiento de crudo», afirmó una colaboradora del ministro de Energía y Medio Ambiente griego, Yorgos Papakonstantinu, en declaraciones a Efe.
Otra fuente del Ministerio de Energía explicó a Efe que se baraja llegar a acuerdos con Arabia Saudí, Rusia, Libia e Irak para sustituir el crudo iraní, aunque reconoció que «aún no hay negociaciones oficiales» y que «no está del todo claro» cómo podrá Grecia asegurarse el abastecimiento.
Se mostró convencido de que el embargo a Irán «no afectará al precio del consumidor» griego, aunque no descartó que podría haber problemas con las garantías bancarias para hacer las transacciones a los nuevos suministradores dada la situación de los bancos griegos, pendientes de recapitalización tras la quita de la deuda.
El precio de la gasolina en Grecia ronda los 1,75 euros por litro (para la «sin plomo»), una cifra que se eleva hasta 1,9 euros en territorios isleños como Creta.
En el caso del gasóleo para calefacción -que utilizan muchos de los hogares griegos- los precios llegaron a máximos de 1,2 euros el litro.
La subida de precios de los carburantes, unida al descenso de los salarios y el aumento del desempleo, ha provocado una caída en picado de la demanda.