Desde el 2009, cuando entró en vigencia la prohibición de portar armas, las empresas de seguridad que ofrecen sus servicios en las urbanizaciones cerradas son más exigentes a la hora de contratar personal e invertir en sistemas de blindaje.
La disposición del Ministerio del Interior, según los administradores, los preocupó al principio, ya que al no estar dotados con un arma, el trabajo de los uniformados solo se limita a cuidar las instalaciones.
En respuesta a la medida cambiaron sus estrategias de seguridad, empezando por el perfil del guardia, indicó Pedro Silva, supervisor de seguridad de la urbanización La Brisa, de la vía a Samborondón.
«Ahora se necesitan más conocimientos de inteligencia y en el manejo de los implementos electrónicos de blindaje con los que cuenta una ciudadela».
Silva afirma que los uniformados deben saber sobre la correcta utilización del circuito cerrado, cerco eléctrico y alarmas, además de ciertas normas y señales que dependen de cada conjunto residencial.
Adicionalmente, hay urbanizaciones que aplican contraseñas. Por ejemplo, si un residente llega en su vehículo con algún extraño que amenaza su integridad, existen señales que solo las conocen los vecinos para dar la alerta.
«Tienen que percatarse de la más pequeña amenaza y aprender a responder sin necesidad de utilizar un arma. Eso requiere de capacitación, a la que el personal es sometido regularmente», explicó.
El conocimiento de esas reglas forma parte de la preparación que reciben actualmente los guardias.
Richard Jones, experto en seguridad del proyecto Ciudad Celeste, aclara que la decisión de armar al personal de seguridad depende de cada comité.
«Pueden tenerlas dentro del predio para el que fueron contratados para custodiar, mas hay urbanizaciones donde los mismos propietarios en asamblea deciden que no las porten, optando por un servicio de portería», indicó.
Jones agregó que en las etapas de Ciudad Celeste que todavía no están completamente habitadas o no han sido entregadas oficialmente a sus moradores, el personal de seguridad está armado. «Es una medida necesaria para proteger las viviendas. En otras (ciudadelas) donde el directorio decide tan solo tener porteros se han presentado inconvenientes y el personal no tiene cómo repeler a los antisociales, estos siempre están armados».