Científicos españoles han descubierto un gen que puede proteger contra el cáncer, pero que también es capaz de promover su crecimiento, un efecto de doble filo que podría darse en otros tipos de genes.
«Se trata de un gen que actúa como Doctor Jekyll o como Mister Hyde, ya que puede protegernos de la aparición de tumores o favorecer su crecimiento», explica el jefe del grupo autor del trabajo, óscar Fernández Capetillo, perteneciente, como sus compañeros, al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
El trabajo, realizado por Andrés J. López-Contreras y Paula Gutiérrez Martínez y publicado en Journal of Experimental Medicine, estudia la función de Chk1, un gen conocido hasta ahora por su efecto supresor tumoral, es decir, por su capacidad para evitar que una célula de un organismo se convierta en cancerígena.
Chk1 es lo que Fernández-Capetillo llama «un guardián del genoma, un gen que mantiene nuestro genoma libre de mutaciones y que, por lo tanto, nos protege del desarrollo de tumores».
Los investigadores querían estudiar si este efecto podía potenciarse, por lo que crearon un ratón con tres copias del gen Chk1 en lugar de dos; después extrajeron y cultivaron sus células y las convirtieron en tumorales con ayuda de varios genes.
Lo que encontraron fue inesperado: las células se volvían malignas más fácilmente cuando portaban una copia adicional de Chk1.
La explicación a la paradoja es que Chk1 tiene un efecto beneficioso sobre las células sanas, pero también beneficia a las tumorales, una vez que han aparecido éstas en el organismo.
«Al principio, Chk1 previene la aparición del tumor, ya que limita las mutaciones espontáneas que se dan en nuestras células», sin embargo, los tumores avanzados sufren altas cantidades de daño en su ADN, y es aquí dónde Chk1 «favorece al tumor disminuyendo el daño que este sufre en su genoma», explica Fernández Capetillo.
Chk1 actúa protegiendo del llamado estrés replicativo, que es un tipo de daño que se produce en el material genético de las células cuando éstas se dividen.
Así, hay tumores que sufren de manera continua un alto número de lesiones en su genoma debido a sus altas tasas de división.
«El crecimiento de este tipo de tumores puede verse favorecido por la presencia de 'guardianes del genoma' como Chk1, ya que alivian en parte la carga de lesiones que padecen», puntualiza.
«Este trabajo ayuda a entender por qué Chk1 se encuentra sobre-expresada en muchos tumores, cuando lo intuitivo es que sea la pérdida de este tipo de genes protectores lo que favorece el desarrollo del cáncer», concluye el investigador.