El presidente de Francia, François Hollande, anunció que no respondería a ninguna pregunta de «carácter privado» y confirmó que su Gobierno consumará recortes presupuestarios por 65.000 millones de euros durante el próximo trienio. Tras cuarenta y cinco minutos de «preámbulo» a una conferencia de prensa que debía durar dos horas, el presidente de la Asociación de la prensa presidencial lanzó esta primera pregunta: «Señor presidente, ¿puede decirnos si Valérie Trierweiler sigue siendo la primera dama de Francia?».
El jefe del Estado respondió de este modo: «Comprendo perfectamente su pregunta. Y debo recordarles que todos pasamos momentos de prueba, crisis, muy dolorosas. A mi modo de ver, los asuntos privados deben tratarse en privado. Este no es el lugar ni el momento para evocar esa cuestión. Responderé a esa pregunta más adelante, cuando sea oportuno».
Con esa respuesta, el presidente de la República esperaba «enterrar» el escándalo desencadenado por la publicación de fotos e informaciones sobre su posible relación sentimental con una actriz, el viernes pasado. Ese escándalo se ha convertido en una bomba de relojería política, instalada en el lecho amoroso del jefe del Estado. Para «responder» a tal desafío, inflamable, Hollande intenta una operación reconquista de la opinión pública, con una conferencia de prensa que comenzó eludiendo el escándalo, consagrando cuarenta y cinco minutos a desmenuzar el estado económico de Francia, lanzando nuevas ideas para intentar salir de esa crisis nacional.
Foto: El presidente francés, François Hollande, da por terminada una rueda de prensa el 14 de enero de 2013 en París (AFP, Alain Jocard)