El árbitro de la final del Mundial, el inglés Howard Webb, aseguró que el partido del domingo entre Holanda y España le hizo pasar «las dos horas más difíciles» de toda su carrera.
«Estoy extenuado, física y mentalmente», dijo al diario británico «Daily Mail» en su edición de hoy. «Pero la FIFA nos apoyó mucho. No sólo por la final, sino también por nuestras actuaciones (arbitrales) durante todo el torneo».
Webb, que mañana cumple 39 años, batió el récord de tarjetas amarillas en la final de un Mundial al mostrarle nueve a los holandeses (dos a John Heitinga, que fue expulsado) y cinco a los españoles.
En un partido jugado con extrema dureza, el inglés fue muy criticado por diversos errores, como sancionar sólo con amarilla la espectacular patada de karate que Nigel de Jong pegó en el pecho a Xabi Alonso.
El propio holandés reconoció: «Me puso amarilla, tuve algo de suerte», mientras que Alonso contó que sigue sintiendo dolor por la entrada y que tendrá que ver un médico en España.