Se trata de un ambicioso proyecto, iniciado en 2012 y caracterizado por su bajo costo: apenas 4.500 millones de rupias ($72 millones de dólares).
La clave es la aplicación del «Jugaad», un concepto popular en India que se propone encontrar la solución alternativa y lo menos costoso posible a cada desafío.
Por ejemplo, en vez de diseñar un poderoso cohete, los ingenieros resolvieron poner un modelo más modesto a girar alrededor del planeta varias semanas para que gane velocidad y pueda superar la gravedad terrestre, según señaló la agencia AFP.
La sonda cuenta con sensores destinados a medir la presencia de metano en la atmósfera de Marte, lo cual acreditaría la hipótesis de una forma primitiva en dicho planeta que reunió condiciones parecidas a las de la Tierra.
El director de la Organización India de Investigación Espacial (ISRO, por sus siglas en inglés), K. Radhakrishnan, señaló que «el objetivo principal es demostrar la capacidad de India para alcanzar la órbita de Marte y después realizar algunos experimentos científicos significativos», según una publicación de la BBC Mundo.
Se espera que tras un recorrido de 299 días, alcance la órbita de Marte el 21 de septiembre de 2014.
Por otra parte, el proyecto es visto con entusiasmo y crítica. India es el segundo país más poblado del mundo y la agencia espacial no ha estado ajena a los cuestionamientos.
Sus críticos se preguntan por qué un país que tiene altos niveles de pobreza y desnutrición dedica recursos para llegar a Marte.»Se trata de encontrar soluciones a los problemas del hombre y la sociedad», defiende el director de la ISRO, quien señala que el programa espacial del país requiere de US$1.000 millones, el 0,34% de los gastos del gobierno central, la mayoría destinados a la construcción de satélites de comunicación. Y la misión a Marte, explica, constituye el 0,8% de ese porcentaje.