La inflación y la depreciación del dólar afectaron al valor de las remesas latinoamericanas, que se mantuvieron estables en 2010 en 58.800 millones de dólares, indicó hoy el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En 2009, la cifra fue de 58.900 millones de dólares, por debajo del récord de 2008 cuando Latinoamérica y el Caribe recibieron 69.200 millones de dólares, lo que muestra el lento proceso de recuperación económica tras la crisis.
En su informe anual divulgado hoy por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), organismo dependiente del BID, México se mantiene como principal receptor de remesas en la región con 21.271 millones de dólares, una cifra ligeramente superior a los 21.132 de 2009.
A continuación se sitúan Guatemala, con 4.127 millones de dólares, frente a los 3.912 de 2009; Brasil, 4.044 millones; Colombia, 4.023; y El Salvador, con 3.540 millones de dólares, frente a 3.465.
Las grandes variaciones se han producido en Haití, que en 2010 vio dispararse el envío de remesas un 20 por ciento, hasta los 1.971 millones de dólares, fruto de la diáspora producida por el dramático terremoto.
Mientras que en Brasil cayeron un 15 por ciento, a consecuencia de la robusta situación económica del país, de acuerdo al informe.
«Para muchas de estas familias receptoras, 2010 fue un año de mayor vulnerabilidad económica, ya que con la revaluación de las monedas locales y la creciente inflación las remesas que recibieron no llegaron a tener el mismo valor que el año previo», destacó el informe del Fomin.
De media, las divisas latinoamericanas se han apreciado un 4,4 por ciento, lo que ha repercutido en una reducción del valor de estas remesas que «siguen siendo una fuente vital de ingresos para millones de familias» en Latinoamerica y el Caribe.
Las mayores apreciaciones se vivieron en Brasil, donde el real se ha fortalecido respecto al dólar un 22 por ciento; en Colombia, con una subida del peso de 12,5 por ciento y en México, con una revalorización del peso mexicano del 7 por ciento en 2010.
Asimismo, las presiones inflacionarias en la región han dañado el valor de las remesas recibidas, que sumadas a la depreciación del dólar ha significado en conjunto una pérdida del 8,7 por ciento del poder adquisitivo.
Por regiones, el FOMIN destacó, además, que las transferencias de dinero a América Central, cuyos emigrados en la mayoría de los casos se encuentra en EE.UU., crecieron un 3,1 por ciento.