El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, defendió hoy la actuación del organismo en el «intento de golpe» en Ecuador, y afirmó que no tiene «preocupaciones inmediatas» sobre el estado de la democracia en el país andino.
En una mesa redonda en la sede del Diálogo Interamericano en Washington, a la que también asistió el embajador de Ecuador, Luis Gallegos, el máximo representante de la Organización de Estados Americanos (OEA) hizo balance de la situación en el país cuando se cumplen tres semanas de la crisis del 30 de septiembre.
«Desde el momento en que recibimos la noticia de que había una insurrección y tuvimos constancia de los hechos, nos dimos cuenta de que estábamos ante una violación grave de las reglas democráticas», dijo Insulza en un discurso pronunciado en inglés.
«Aquellos que consideran que reaccionamos exageradamente, deberían echar un vistazo a la Carta Interamericana de Derechos Humanos», añadió el secretario, que se mostró «orgulloso» de la resolución de condena alcanzada de forma unánime en una reunión extraordinaria el mismo día 30.
Insulza reiteró su opinión de que las revueltas en Quito deben calificarse como una «tentativa de golpe de Estado», y no «como una simple polvareda entre el presidente y los policías, como muchos se empeñan en definirlo».
El máximo representante de la organización hemisférica basó su opinión en que «no había policía en las calles durante la mayor parte del día», sino que los agentes «estaban en los cuarteles gritando consignas políticas y hablando de matar al presidente», y en que se produjeron 10 muertes en todo el país.
«Al presidente (Rafael Correa) no se le acercó la policía, fueron los militares los que dialogaron con él y le preguntaron si estaba dispuesto a seguir en el poder. No sé en otros países, pero en el mío esto se considera un intento de golpe de Estado», señaló.