El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo hoy que la situación en Ecuador tras el intento de golpe de Estado es «estable» y que la democracia es «sólida» en ese país, pero advirtió del riesgo de otras asonadas en el continente.
En una sesión extraordinaria del Consejo Permanente, en el que evaluó la situación en Ecuador tras la sublevación policial del pasado jueves, Insulza afirmó que el intento de golpe «no se frustró por la falta de voluntad de sus autores, sino por la falta de apoyo político y el respaldo de las Fuerzas Armadas» al Gobierno de Rafael Correa.
En declaraciones a la prensa, Insulza consideró «estable» la situación en Ecuador, y dijo que «este hecho grave y triste está terminado, aplacado», aunque «hay que permanecer vigilantes».
En el Consejo, Insulza, consideró que una parte importante del contingente policial «puede haber sido llevado a esta sublevación con argumentos fundamentalmente económicos».
Sin embargo, «la intención de otros que estaban en esta actividad» y a los que no se vio en primera fila, era la de «llevar al país a una situación de ingobernabilidad y por tanto provocar una desestabilización del Gobierno del presidente Correa», aseguró.
La crisis se desató por las protestas de policías y militares en contra de la eliminación de incentivos salariales y profesionales, hecho que se saldó con ocho muertos.
La embajadora de Ecuador ante la OEA, María Isabel Salvador, dijo que el intento «fue el producto de un sector de viejos golpistas ya conocidos en el país que quisieron aprovecharse de una situación coyuntural y aupar un nuevo intento de desestabilización».
Insulza, quien opinó que la presencia de Correa en el cuartel «precipitó las cosas», dijo que la «acción gremial no tenía ninguna justificación» y que muchos desconocían la normativa.
«La razón por la cual fue impedido (el golpe) fue que era muy visible desde muy temprano que la inmensa mayoría de los ecuatorianos estaba en contra de una acción de este tipo, aseveró.