La Intendencia de Policía del Guayas se ha empeñado en controlar los sectores donde se presume se comercializan objetos robados. Su titular, Julio César Quiñónez, está satisfecho con los resultados obtenidos y espera que la ciudadanía haga conciencia y colabore a frenar esta actividad ilícita.
Explica que los operativos son realizados diariamente, específicamente contra personas que oculten, comercialicen, recepten o participen de una u otra manera en la comercialización de objetos o artículos robados.
«No estamos contra aquellas personas que venden algo que un chamberito le dio o algo usado que le regalaron».
Hay que diferenciar los lugares donde venden productos robados y lugares donde venden cositas de chamberos, como efectivamente pasa en el mercado del Cisne 2, en el Suburbio, acota.
Señala que más de una centena de operativos que se han realizado y se han clausurado casi medio centenar de locales y puestos de cachinerías. Tras las clausuras, se comprueba la venta de productos robados, se eleva a consulta al Ministerio del Interior para que este, a través de las acciones administrativas contravencionales, pueda disponer una sanción permanente y así impedir que se reabran esos espacios.
En el último operativo que realizado en la Bahía, el martes anterior, específicamente en el sector “La Cadena”, 2 personas fueron detenidas y puestas a órdenes de la Fiscalía, pero luego se estableció que a nivel de delito no había nada, pero como contraventores, según el Art. 607 numeral 6 del Código Penal, sí lo estuvieron, por ende, la Intendencia, que es el organismo civil de la Policía, pudo ejercer las sanciones respectivas.
Puntualiza que el balance es positivo y se han planteado que para a la fecha de hoy, Guayaquil tenga erradicado al menos un 90% de sectores, que se dedica a la cachinería y más que nada en los sectores emblemáticos de la ciudad, como la Bahía.
Espera asimismo que la ciudadanía haga conciencia y mas bien se una a la campaña social para que «la gente que, tal vez informal pero lícitamente, gana sus centavitos, a través de la venta de cosas usadas, podamos regularizarlas y así cortar con esos nichos que propician el delito, como son las cachinerías».