Con un escaso entusiasmo general, los iraníes elegirán el viernes próximo al presidente que reemplazará a Mahmud Ahmadinejad, quien ya cumplió los dos períodos de cuatro años consecutivos que le permite la Constitución.
«Sí, voy a votar, porque alguien tiene que dirigir el Gobierno, pero aún no sé a quien», dijo Hamid Reza, un taxista de 60 años, del este de Teherán, que asegura que en su vecindario «la mayoría va a votar», aunque él no muestra un especial entusiasmo por el sistema islámico.
En una tienda de especias del bazar de Tajrish, el dueño, Ahmad, y el dependiente, Amir, tienen claro que no van a votar pues, dicen: «No nos interesan las elecciones ni la política de este sistema».
«Sí he visto un debate en televisión, pero ni me interesó ni me hizo ningún efecto. Ellos los designan, el líder (supremo, ayatolá Ali Jamenei) los elige», explica Amir.
El particular sistema iraní de selección de candidatos, donde el cuerpo de clérigos del Consejo de Guardianes determina quiénes pueden competir, eligió solo ocho postulantes de los 686 que se presentaron. Dada la escasa popularidad de los candidatos independientes, la lista de elegidos allana el camino a los ultraconservadores.
Entre ellos figuran dos altos políticos acusados por la justicia argentina de ser autores intelectuales del atentado a la Asociación Mutual Israelí Argentina (AMIA), en 1994, que dejó 85 muertos. Se trata de Mohsen Rezaei, excomandante del Cuerpo de Guardianes de la Revolución y Ali Akbar Velayati, asesor del líder supremo y excanciller.
En esa primera depuración de candidatos que hizo el Consejo de Guardianes –que cuenta con absoluta autoridad dado que Irán se rige bajo un sistema teocrático musulmán–, fueron descalificados dos opositores destacados del líder supremo ayatolá Ali Jamenei. Uno es Akbar Hashemi Rafsanjani, expresidente reformista y liberal en cuestiones sociales, y el otro Esfandiar Rahim Mashaei, delfín del actual presidente.
La mayoría de los analistas dan como favoritos en los comicios a dos personajes clave, que tienen el apoyo de las autoridades religiosas y del poder económico: el hombre del ayatolá, Said Jalili, actual secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional y negociador internacional en el controvertido tema del plan nuclear, y Velayati, comprometido en la causa AMIA. De todas maneras, para ganar deben obtener más del 50% de los votos. De lo contrario habrá segunda vuelta el 21 de junio.