Las negociaciones directas israelo-palestinas comenzaron hoy en Washington tras 20 meses de suspensión, anunció la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton.
«La decisión de sentarse en esta mesa no fue fácil. Entendemos los recelos y el escepticismo (…) gracias por su valor y su compromiso», dijo Clinton, acompañada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu; el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, y el enviado especial estadounidense George Mitchell.
«Para quienes se sientan al margen, les pido que se unan a nosotros en este esfuerzo (…) no podemos imponer soluciones, sólo ustedes pueden tomar las decisiones necesarias para alcanzar un acuerdo», enfatizó Clinton.
La jefa de la diplomacia estadounidense pidió el apoyo de la Liga árabe para el avance de las negociaciones y resolver los escollos principales «en un año».
Clinton hizo esas declaraciones desde una mesa en el Salón Benjamin Franklin del Departamento de Estado, en la que, además de Netanyahu y Abás, también estaban sentados miembros de sus respectivas delegaciones.
El relanzamiento de las negociaciones y el primer cara-cara entre Netanyahu y Abás se produce en medio de un gran escepticismo de que surtan efecto, debido a la espiral de violencia en Cisjordania a manos del grupo extremista Hamás y la aparente determinación de los israelíes de continuar la construcción de asentamientos judíos.
De hecho, aunque los israelíes y palestinos regresaron hoy a la mesa de negociaciones, persisten asimetrías en sus respectivas posiciones que, según observadores, pondrían en riesgo un posibles acuerdo de paz en la región.
Sobre la mesa están los mismos asuntos de siempre: definición de fronteras de un eventual Estado palestino; la seguridad israelí; el futuro de Jerusalén y el regreso de miles de palestinos desplazados.