Colectivos ciudadanos, estudiantes universitarios, amigos y familiares develaron ayer una placa conmemorativa al valor del estudiante Juan Pablo Bolaños, quien fue asesinado en el intento de golpe de Estado el 30 de septiembre de 2010.
El acto central estuvo a cargo del Colectivo 30-S, que declaró a Bolaños “Joven Símbolo de la Democracia”. A los asistentes, que coparon parte de la avenida Mariana de Jesús, frente al Hospital de la Policía Nacional, al noroccidente de Quito, se sumaron representantes de la Universidad Central del Ecuador (UCE), el movimiento Juventud de PAIS y ciudadanos que se autoconvocaron.
Nancy Fiallo, integrante del Colectivo 30-S, recordó que hace dos años lo que los movió a participar fue el hecho de ver cómo la Policía Nacional se enfrentaba contra el pueblo, “no era justo, contaban con mejores condiciones de trabajo” y reclamaban cosas que no eran verdaderas, salimos a la calle a explicarles que estaban mal al enfrentarse al Presidente”.
Fiallo, junto a un centenar de personas participaron de una “vigilia democrática” que comenzó la noche del viernes. Pernoctaron en pequeñas carpas colocadas frente al Palacio de Carondelet, en la Plaza de la Independencia, centro de Quito.
Ayer en la mañana levantaron el campamento, en medio de las sugerencias de algunos transeúntes y los insultos de otros que los acusaban de ser pagados por el Gobierno para realizar los actos de concentración y de conmemoración.
Mientras a unos ignoraban por sus insultos, otros se dedicaban a conversar con la gente y recibir las sugerencias de los ciudadanos. Con ese material elaborarán una carta que será entregada en los próximos días al presidente Rafael Correa.
Teresa Villacrés, participante de la vigilia, informó que los mayores reclamos de la ciudadanía están dirigidos al cambio de actitud de los servidores en los hospitales, en el transporte público e, incluso, en los establecimiento educativos.
Tras recoger y guardar las carpas, a las 08:30 inició una caminata con dirección al Hospital de la Policía. Unos decidieron trasladarse en los baldes de algunas camionetas, otros en buses, taxis o simplemente caminando. Al llegar al Hospital, todos se concentraron sobre la avenida Mariana de Jesús. En el lugar se develó la Placa de Juan Pablo Bolaños, junto a un árbol. Muchos preguntaban si la vigilia terminó, a lo que Fiallo contestó que el acampar fue un símbolo, pero que la vigilia es constante “no dormiremos, estamos atentos a defender la democracia”.
Con su bandera llegó al lugar José Galarza, de 70 años, policía en servicio pasivo, quien resaltó que la labor del uniformado es estar “subordinado al pueblo, no atacar a sus propios hermanos, y si hay cambios, el policía tampoco tiene que ser visto mal, porque es parte del pueblo”.
Fiallo aseguró que pasaron dos años del intento de golpe de Estado y que sólo los ecuatorianos siguen viendo el hecho como un “intento” y no como “una muestra clara de querer matar al presidente Correa y acabar con el Estado de Derecho”.
Para participar de la vigilia llegaron representantes de varios colectivos desde las provincias de Carchi, Imbabura y El Oro. Rocío Benalcázar vestía un poncho con los colores de la bandera del Ecuador. Ella informó que cerca de 2.000 personas se acercaron directamente a conocer cuál era el objetivo de la vigilia y recoger folletos que informaban a los interesados.
Uno a uno fueron llegando a la avenida Mariana de Jesús personas que participaron hace dos años en la “marcha de liberación al Presidente”, o que vieron desde sus hogares el enfrentamiento entre civiles y policías e incluso, a través de la pantalla y en vivo, la muerte del policía Froilán Jiménez.
Olga Fernández, madre de Juan Pablo Bolaños, con la voz entrecortada al inicio de su intervención dijo: “Parece que fue ayer que mi hijo se despidió y salió a la universidad. Al regresar de clases a la casa y ver en la televisión cómo se enfrentaba pueblo con pueblo, él decidió salir al rescate del Presidente”.
Fernández añadió que espera que la muerte de Juan Pablo no sea un hecho aislado y, al contrario, sea un ejemplo para que otros jóvenes recuperen el sentido de vivir en un país que brinda oportunidades de educación gratuita y de mejores condiciones de vida.
A las palabras de Fernández se sumó Mireya Cárdenas, secretaria Nacional de Los Pueblos, quien aseguró que el intento de golpe de Estado no se puede olvidar y se debe garantizar una convivencia pacífica, de debate y no de enfrentamientos que dejan como saldo la muerte de ciudadanos.
A pocos metros de la placa de Bolaños se halla la del policía muerto Froilán Jiménez, donde se grabó su rostro. Miembros del colectivo Juvenil de PAIS recordaron su participación, y mientras conversaban colocaban unas velas blancas y una bandera del Ecuador junto a la placa en honor al ex elemento del GIR.