La primera sesión fue aplazada de inmediato por la ausencia del premier, acusado de mantener relaciones con «Ruby», una prostituta marroquí que en ese entonces era menor de edad. El proceso se postergó hasta el 31 de mayo.
El juicio a Berlusconi tuvo un principio con rápido final. Ni el premier ni la joven Karima el Mahrug, apodada «Ruby, la Robacorazones», estuvieron en la sala cuando comenzó el juicio, lo que obligó a los jueces de Milán a postergar el proceso.
Berlusconi había ganado en la víspera una votación en el Parlamento para trasladar el juicio a un tribunal ministerial especial. Fue parte de una furiosa maniobra política antes del juicio para sacar del medio a los jueces de Milán, acusados por el Gobierno de ser sus enemigos políticos. Con todos los diputados de centroderecha que podían ser convocados en la Cámara, el Gobierno ganó por 314 votos contra 302. El resultado no es vinculante para los jueces de Milán, que abrirán el miércoles el llamado Rubygate y no tendrá un efecto inmediato en el caso. Pero aunque más ajustado de lo esperado, fue visto como una prueba clave de la capacidad de Berlusconi de movilizar a su debilitada mayoría en el Parlamento y podría tener un impacto sobre el caso en los meses próximos si es confirmado por la corte constitucional. El juicio a Berlusconi por acusaciones de que pagó por sexo con Karima «Ruby» El Mahroug, una bailarina de un club nocturno que tenía entonces menos de 18 años, es uno de los más espectaculares en la historia italiana de posguerra. Documentos de la fiscalía que detallan las fiestas sexuales «bunga bunga» en la lujosa villa del primer ministro en las afueras de Milán con decenas de jóvenes aspirantes a actrices han irritado a grupos como la Iglesia Católica y asociaciones de empresarios. Berlusconi planea no asistir a la apertura de un juicio, que sostiene que ha sido generado por jueves izquierdistas que buscan destruirlo.