El Presidente de Ecuador, Rafael Correa Delgado, aprovechó su intervención durante la plenaria de Jefes de Estado durante la Cumbre América del Sur y Países árabes, ASPA, que se realiza en la ciudad de Lima, Perú, para promocionar la iniciativa ambientalista Yasuní-ITT.
El Mandatario ecuatoriano destacó las riquezas naturales que tiene su país entre ellas el parque Yasuní, sitio más megadiverso del planeta, según indicó, y lugar reserva de crudo.
“Queremos presentar en esta cumbre la iniciativa Yasuní-ITT, la cual busca dejar bajo tierra un 20% de las reservas ecuatorianas de petróleo en una de las aéreas más diversas del planeta: el Yasuní”, comentó.
Correa Delgado explicó que Ecuador está dispuesto a dejar bajo tierra esas reservas de petróleo siempre y cuando exista una compensación económica mundial.
“Dejando el petróleo bajo tierra se estaría evitando enviar a la atmósfera más de 400 millones de toneladas de CO2”, dijo, y explicó que los recursos que se obtengan de esa compensación mundial se depositarán –y depositan en los actuales momentos- en el Fideicomiso administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y sirven para proyectos de mitigación al cambio climático.
No obstante, el Mandatario anunció que hasta el momento los resultados “nos han sido bastante malos”.
También dijo que no hay que engañarse pues la compensación por la generación de bienes ambientales implica un problema político de redistribución del ingreso global.
“Conversaba con Pepe (José) Mujica (presidente de Uruguay) y coincidía en estos planteamientos diciendo que la crisis no es ecológica, la crisis es política, detrás de los efectos ecológicos hay un problema político. El desarrollo es un problema esencialmente político, es decir, dependiente de las relaciones de poder nacionales y planetarias”, puntualizó.
En ese sentido sugirió que la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) sea el gran coordinador mundial para la lucha contra las emisiones de CO2.
“La OPEP puede y debe ser el poder que incline la balanza a favor de la sostenibilidad del único planeta que poseemos, es cuestión de poder y la OPEP tiene la fuerza para hacer el bien, la oportunidad histórica para demostrar el liderazgo global en asuntos de sostenibilidad”, destacó.
Para ello, dijo que se podrían plantear cuatro mecanismos, el primero: la aplicación del impuesto a las emisiones de dióxido de carbono en las fuentes de esas emisiones, la creación de un fondo mundial de compensación, mitigación y adaptación que compense por los efectos del impuesto a los países pobres importadores de petróleo y financie la reducción de los gases de efectos invernaderos, entre otros. Alejandro álvarez, cobertura en Lima.