En varios sectores del noroeste de Guayaquil, pese a la orden presidencial, continúan las invasiones de tierras por parte de ciudadanos que se agrupan en distintas cooperativas. El resguardo militar o policial en los sitios en conflicto fue inexistente ayer.
Respecto a los cortes de electricidad que vienen sucediendo en el asentamiento denominado Monte Lindo, cuentan los moradores, ocurren porque no han cancelado al abogado Ortega -supuesto traficante de tierras- el monto diario por el suministro.
“Son los ‘perros’ de Ortega, quienes cortan la luz. Y si nos atrasamos con los pagos diarios, de un dólar, monto que obligatoriamente tenemos que cancelar, Ortega o sus guardaespaldas nos cortan el suministro de energía”, indicó una moradora del sector que por seguridad prefirió el anonimato.
“Y para la reconexión tenemos que pagar cinco dólares más. Esto es una mafia”, expresaron otros afectados.
En el asentamiento Monte Lindo, cerca de Monte Sinaí, la mayoría de las familias estaban con machete en mano, todos segando el monte, dejando el espacio limpio, para así levantar nuevas casas.
Olga Rodríguez, que tiene su casa ahí, dijo que va a construir otra en la calle, cerca de donde habita. “Para que venga gente de otro lado a invadir nuestro sector prefiero construirle una casa a mi sobrina para que viva ahí con sus hijos”, sostiene.
Al preguntarle a la mujer si el terreno donde pretende construir una nueva casa es de ella, respondió que no. “Los terrenos son del mismo señor (Ortega) quien fue el que nos lo vendió”.
Al intentar hablar con Beatriz Pinzón, secretaria de Ortega, quien se encontraba en su oficina, no quiso dar declaraciones, dijo que su jefe es el único que puede pronunciarse sobre este tema. “El no se encuentra ahora, está en el Municipio tratando de resolver este problema”, confirmó la ayudante.
Mientras tanto varias familias llegaban a los terrenos vacíos para asentarse; varias motos rondaban el sector. “Son los ‘perros’ de Ortega, ellos nos amenazan si continuamos asentándonos aquí”, reveló otro morador.
“Nosotros lo hacemos porque, como dijo (el Presidente de la República) Correa, estas tierras no son de nadie; para que venga gente de otro lado, prefiero construir y darle a mi familia”, acotó Mary Parrales, moradora del sector antes citado.
Los locales de materiales de construcción que se encuentran en los alrededores, lucieron llenos de gente que adquirían todo tipo de materiales como machetes, cañas, hierro y madera, con lo que pretendían armar rápidamente sus casas.