El teniente Francisco Guzmán Buitrón, de 30 años y miembro del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), fue detenido sorpresivamente en la ciudad de Guayaquil mientras realizaba el curso para ascenso a capitán. En horas de la tarde, fue trasladado, vía terrestre, hasta la ciudad de Quito.
Según el fiscal Vicente Reinoso, Guzmán sería el policía que realizó los disparos que mataron al estudiante Juan Pablo Bolaños, durante la revuelta policial del 30 de septiembre de 2010.
Alrededor de las 20:00, el teniente Guzmán fue trasladado a la Fiscalía de Pichincha a rendir su versión. Hasta la Policía Judicial (PJ) también llegaron la madre y el hermano de Juan Pablo Bolaños, para conocer detalles de la detención del sospechoso. A las 23:15, el juez Vigésimo Primero de Garantías Penales de Pichincha, Santiago Coba, instaló la audiencia de formulación de cargos.
Durante la diligencia, el oficial relató su participación en el 30-S y destacó que con el resto de miembros del (GOE) salieron del cuartel a las 18:30, con dirección al Hospital de la Policía, para rescatar al presidente Correa.
“Nos dirigimos al puesto de rastrillo, en donde de forma apresurada nos entregaron las armas, sin ningún tipo de registro”, contó Guzmán.
Sin embargo, Reinoso argumentó que el informe balístico determinó que las dos balas extraídas del cuerpo del estudiante pertenecen al arma que le fue entregada al teniente Guzmán. El fiscal dijo que 1.500 armas se analizaron, pero señaló que la 560 coincidió con las balas, por lo que el resto de armamento ya no fue procesado.
Por su parte, José Moreno, abogado de Guzmán, señaló que su defendido no tuvo la oportunidad de conocer que se encontraba en un proceso de indagación previa, no se le tomó la versión, tampoco estuvo presente en la reconstrucción de los hechos y no pudo confrontar el examen pericial.
En la hoja de vida de Guzmán consta una condecoración por haberle salvado la vida al Primer Mandatario el 30-S. Otro de los argumentos de la defensa fue que no existió un ángulo del delito, es decir, Guzmán nunca salió del perímetro del Hospital Policial, por lo que en el supuesto no consentido de que hubiera disparado, debido a la distancia, las balas no habrían podido alcanzar la humanidad del estudiante Bolaños.
Además, la defensa dejó constancia de que la Fiscalía violó todas las garantías del debido proceso, al no permitir que el acusado pueda defenderse frente a las versiones de los supuestos testigos. Dos horas de audiencia después, el juez dictó medidas sustitutivas para el oficial Guzmán, pero se le comunicó que la Fiscalía ha iniciado un juicio por homicidio. El uniformado es hijo de un ex coronel de la Policía.
En la madrugada, los familiares de Juan Pablo Bolaños abandonaron la PJ y, con lágrimas en los ojos, prefirieron no pronunciarse.
El fiscal general, Galo Chiriboga, manifestó que al inicio del expediente no existía un informe balístico por la cantidad de armas, pero ahora ya se cuenta con uno, el cual sirve como prueba.