La Policía de Colombia instó ayer a las FARC y al ELN (Ejército de Liberación Nacional) a que entreguen los cuerpos de los agentes Luis Hernando Peña Bonilla y Carlos Herman Guaqués, secuestrados por esas guerrillas y que, supuestamente, murieron en cautiverio.
El director de la Policía Nacional, óscar Naranjo, admitió el posible fallecimiento de los policías en una misa de acción de gracias por la liberación, el pasado lunes, de los últimos diez policías y militares que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) habían hecho cautivos con fines políticos. “Las FARC están en deuda con el país, con las familias y con el juicio que la historia les hará si no devuelven los cuerpos, los cadáveres de dos policías asesinados”, enfatizó el alto oficial.
La ex senadora Piedad Córdoba, por su parte, anunció ayer que la próxima tarea del grupo Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), que dirige, será averiguar la suerte de los numerosos civiles y militares que se cree que cayeron en manos de las FARC.
Córdoba señaló que los militares dados por desaparecidos en zonas de influencia de esa guerrilla pueden haber muerto en combate. La ex legisladora aludió a unas declaraciones en las que el comandante del Ejército Nacional, Sergio Mantilla, advirtió que al menos 59 militares desaparecieron en los años 90 en zonas de influencia de las FARC.
En su segundo día de libertad, cinco de los seis policías liberados por las FARC, tras casi 14 años de secuestro, celebraron el miércoles y sus familiares participaron en la misa de acción de gracias.
A la ceremonia religiosa, realizada en la sede de la Dirección de la Policía en Bogotá, acudieron -además- familiares de otros agentes que también fueron rehenes de las FARC, entre ellos Emperatriz de Guevara, madre del coronel Julián Guevara, muerto en 2006 cuando se encontraba en cautiverio. Con sus uniformes de gala y los rostros entristecidos, los policías César Lasso, José Forero, Wilson Rojas, Jorge Romero y Carlos José Duarte oraron en compañía de sus más allegados, a quienes abrazaron fuertemente en el momento de darse la paz. Su compañero Jorge Trujillo no pudo estar presente porque se encuentra en el hospital de la Policía realizándose exámenes médicos.
La ceremonia sirvió también para que la Policía felicitara al sargento Forero y su esposa Norma Trujillo, quienes ayer cumplieron 20 años de matrimonio. “Estoy feliz porque fueron 13 años de espera y de lucha”, expresó la mujer. Los cuatro militares que también fueron liberados se encontraban en el hospital de las Fuerzas Armadas en Bogotá, donde sus familiares les visitan en horarios limitados.