La Policía de los departamentos de Estados Unidos que van desde Nueva York a Los Ángeles reforzó la seguridad y se encontraba en alerta máxima este lunes luego de que una doble explosión acabara con la vida de dos personas e hiriera a más de 23 en la maratón de Boston.
Aunque no hay informaciones oficiales que determinen si las explosiones fueron o no un acto de terrorismo, Nueva York y otras grandes ciudades reforzaron rápidamente su seguridad y tomaron precauciones extras.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, afirmó que la seguridad estaba siendo reforzada en «lugares estratégicos e infraestructura crítica, incluido el metro».
«Tenemos unos 1000 miembros de la policía de Nueva York (NYPD) designados para tareas de lucha contra el terrorismo y ellos -junto a la fuerza entera de la NYPD y las inversiones realizadas en infraestructura para luchar contra el terrorismo- están siendo movilizados para proteger nuestra ciudad», afirmó en un comunicado.
«Mientras las fuerzas de cumplimiento de la ley y las autoridades investigan las explosiones de Boston, pido a los neoyorquinos que tengan a las víctimas y sus familias en sus pensamientos y oraciones», añadió.
La policía de la capital de Washington – que igual que Nueva York fue objetivo de los ataques del 11 de septiembre- mantienen la «máxima alerta», confirmó la vocera Sary Leon.
El jefe de policía de Los Angeles, Charlie Beck, anunció un incremento de la presencia policial «en todos los eventos previstos próximamente», empezando por el partido de basquetbol de esta noche que enfrenta a los Dodgers y San Diego Padres.
El resto de la presencia policial incluirá el despliegue de unidades especialistas en bombas, perros y otras «precauciones destinadas a prevenir un evento similar».
La seguridad también se reforzó en estaciones de tren, edificios gubernamentales, centros comerciales y «lugares donde la gente se concentra», explicó el sherif del condado de Los Angeles, Lee Baca.
La policía en la ciudad de San Francisco de la costa oeste afirmó, por su parte, que estaban en «alerta máxima» e instó a los ciudadanos a llamar al 911 si veían algo sospechoso o «relacionado con las explosiones de la maratón de Boston».