Luego de 17 años de gobiernos conservadores, el triunfo del candidato del Partido Socialista, François Hollande, en las elecciones presidenciales de este domingo es considerado hoy como un cambio político en Francia con alcance europeo.
Según cifras oficiales del Ministerio del Interior, Hollande, quien asumirá el cargo el 15 de mayo, ganó los comicios con el 51,62% de los votos, frente a 48,38% de su rival, el presidente Nicolas Sarkozy.
En el primer discurso a la nación desde la localidad de Tulle, el presidente electo se comprometió a trabajar por una Unión Europea (UE), donde prevalezcan el crecimiento económico, el empleo y la prosperidad. “Europa nos mira. La austeridad no puede ser una fatalidad”, expresó Hollande, quien ha planteado su disposición de renegociar el tratado de rigor fiscal aprobado en marzo de este año por 25 de los 27 países de la UE.
En un momento de descontento popular en la región por los recortes sociales y la pérdida de puestos de trabajo, hay más de 23 millones de desempleados en la zona euro, el presidente electo considera necesario poner un contrapeso a las políticas de austeridad. “Esa será mi misión, dar a la construcción europea una nueva dimensión. Y se lo diré cuanto antes a los socios europeos y a Alemania”, enfatizó.
Es así como la victoria del socialista abre un nuevo ciclo para la izquierda europea y alienta a aquellos que pedían a gritos más crecimiento ante la austeridad impuesta por la canciller Angela Merkel, con quien Hollande alista un próximo encuentro tras su posesión. El líder de izquierda deberá enfrentarse a varias pulseadas contra Merkel, para negociar entre otros, sus planes de crear eurobonos (a lo que ella se ha negado una y otra vez) o reforzar el papel del Banco Central Europeo.
Y si bien la funcionaria alemana dijo que recibirá a Hollande con los brazos abiertos, volvió a insistir que el pacto fiscal firmado en Bruselas no puede asumir nuevos cambios. “El pacto no es negociable (…) no es posible renegociarlo todo después de cada elección, si no, Europa no funcionaría”, repitió.
Sin embargo, el triunfo de Hollande es una bocanada de aire fresco para la izquierda europea tras las derrotas de Gordon Brown en Gran Bretaña, de José Luis Rodríguez Zapatero en España, de José Sócrates en Portugal y de la renuncia de Georges Papandreu en Grecia. En los 27 países de la Unión Europea, la izquierda figura en el poder en apenas una decena de países.
Es por eso que los responsables socialistas en Europa hicieron suya la victoria de Hollande e instaron a un cambio de rumbo en la política económica del continente. El primer ministro belga, Elio Di Rupo, felicitó a Hollande e instó a una “estrategia ambiciosa” europea.
Mientras que el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, aseguró que Europa necesita un equilibrio entre reducir su deuda con medidas para estimular el crecimiento, ya que la austeridad amenaza con arrastrar al bloque en su segunda recesión en 3 años. “La consolidación fiscal, si bien es necesaria, (debe ser) hecha de una manera favorable al crecimiento y diferenciada”, resaltó.