El robo de un vehículo en el campo de acción toma solo unos minutos, pero su planificación ocupa varios días o hasta semanas en una de sus modalidades.
«Stalin», quien conoce del tema, explicó que los grupos dedicados a la actividad necesitan datos del automotor (si tiene alarma o rastreo) y de su propietario (lugar de trabajo y vivienda) antes de cometer el ilícito.
Para obtener esta información precisan de alguien cercano a las posibles víctimas, para su efecto arrancan con la etapa de reclutamiento. Los talleres mecánicos, lavadoras, estacionamientos, hoteles, o cualquier sitio donde el conductor acostumbre dejar la llave de su carro es el objetivo principal de los antisociales.
El primer paso es enganchar a los empleados de estos lugares porque ellos podrían (si acceden) proveerles de la información necesaria, pero son cautelosos.
Antes de acercarse a los dependientes, los investigan. Esperan que terminen su jornada laboral para seguirlos, sobre todo el fin de semana, cuando por lo general la gente acude a lugares de distracción, en especial los centros nocturnos. (Ver infografía ampliada)
Una vez que conocen los movimientos de su probable colaborador, se aproximan, pero no directamente. Por ejemplo, si están en una discoteca, le encargan la tarea a una dama, quien deberá seducirlo.
Al mismo tiempo sondean el lugar en busca de más gente, lo hacen fijándose en los uniformes de las personas; así distinguen en qué empresa laboran, y si están relacionadas con vehículos, las abordan. «Así trabajan, andan con chicas para que les sea más fácil acercarse, pero ellos (los roba carros) guardan las distancias hasta el momento oportuno», relató Stalin.
Cuando entran en confianza, la mujer le presenta al resto del grupo, comparten unos tragos, la pasan bien y antes de despedirse lo invitan a salir en otra ocasión. Las veladas se repiten hasta que entablan una amistad.Con la camaradería de por medio empiezan las preguntas personales: ¿Dónde trabajas, a qué te dedicas?, en el momento en que el empleado revela esos detalles, le proponen ganar dinero extra, pero con cautela.
Le explican de qué se trata y lo inducen a participar, asegurándole que no estará en riesgo y que solo debe darles los datos y ellos se encargarán del resto.
Si la persona acepta, los antisociales tendrán acceso a la información que les interesa y hasta a las copias de las llaves de los vehículos.
Para hacer el duplicado, en caso de que no se arriesguen a llevárselas, solo requieren presionar ambas caras del objeto sobre un jabón de tocador, lo que les dejará un molde. «Deben tener la forma de los dos lados de la llave porque cada uno tiene estrías diferentes que activan el mecanismo de la cerradura del carro», mencionó la fuente.
A continuación le siguen los pasos al futuro afectado, desde que sale de su casa hacia el trabajo, se dirige a comer, retorna, etc., así sabrán cuál es el momento indicado para sustraer el coche.
Lo que sigue es llevar el jabón donde su cerrajero particular que les cobra entre 5 y 20 dólares por hacer la copia. Cuando se prestan las condiciones adecuadas se llevan el vehículo, no sin antes desactivar la alarma y el dispositivo de rastreo.
Un técnico explicó que en la mayoría de automotores, sin importar la marca, el módulo de alerta está ubicado bajo el tablero, en dirección al volante. «Simplemente se desconectan los dos cables que van en la placa y se los une directamente, con eso no hay necesidad de introducir la clave de desbloqueo».
El especialista agregó que el sistema de ubicación satelital se sitúa bajo la guantera. Este posee una antena que «al retirarla deja de emitir señal», además, tiene una batería que también se puede desactivar para neutralizar «cualquier intento de localización».
Para algunas de las bandas ahí culmina su trabajo, pues solo fue un encargo del «dueño de la distribuidora de repuestos» (el que desmantela, clona o vende).
En este mercado, según el informante, el precio de un vehículo comercial (marcas económicas) es de 2.000 dólares aproximadamente, mientras que el no comercial (de mayor costo) llega hasta los 3.500 dólares.
De este valor, inicialmente 300 dólares son para el colaborador del taller, lavadora, garaje, etc., pero cuando su participación es repetitiva la paga disminuye. «Cuando ya está metido con los roba carros, lo amenazan con delatarlo o hacerle daño, por eso le pagan menos», dijo Stalin.
Otras modalidades
Iván Toro, jefe de la Brigada de la Policía Judicial de Guayas, reveló que otra de las formas de robo es rentar un vehículo en un establecimiento y teniendo el carro y la llave todo el día no tienen problemas en la duplicación. Asimismo utilizan la «bella» (llave maestra), pero eso les toma un poco más de tiempo.
También suelen solicitar el servicio de un taxi informal para que los lleve a lugares alejados donde los someten para quitarles el carro y desactivar las seguridades que tengan.
Toro explicó que en la actualidad los delincuentes no se arriesgan a que los vean las cámaras de seguridad interceptando vehículos y utilizando armas, por eso prefieren actuar sin llamar la atención.
En cuanto a los índices por este delito, detalló que en marzo de este año se reportaron 120 carros sustraídos en la Zona 8 (Guayaquil-Durán-Samborondón) y que en septiembre el número disminuyó a 68, esto debido a los trabajos de inteligencia y desarticulación de las bandas que han identificado y saben que venden o clonan vehículos.
Sobre la recuperación de los automotores, en los últimos meses se ha registrado un promedio de 45.