Líderes de las cámaras de la producción y empresarios como María Gloria Alarcón, Francisco Alarcón, Francisco Roldán, Sebastián Borja, Diego Fernández Salvador, Miguel Peña; políticos como Jaime Nebot, Lucio y Gilmar Gutiérrez; y el banquero Guillermo Lasso mantuvieron extensas reuniones con la Embajada de EE.UU. en Ecuador para intercambiar opiniones en torno a las acciones que la oposición diseñaba para bloquear el triunfo del Gobierno en la Consulta Popular de abril 2007.
En ese momento, la tensión política se concentró en saber cómo la oposición podía bloquear no solo la realización de la Constituyente, sino que el objetivo de la misma (elaborar otra Constitución) fuera bloqueado a través de la consecución de una mayoría para Montecristi.
En esos encuentros se hicieron visibles sus sentimientos y posiciones ideológicas frente al Gobierno y, según se lee en cada uno de los cables, sus recurrentes deseos de derrocarlo (o destituirlo).
Aparentemente la destitución de 57 diputados del PRIAN, PSP, PSC y UDC activó la unidad de la oposición, aunque el trasfondo de sus angustias realmente era el inminente triunfo de la Consulta Popular con lo cual perderían todo poder de incidencia en el Congreso Nacional, que sería reemplazado por la Asamblea de Montecristi.
La denominada “partidocracia” junto a los líderes empresariales y banqueros diseñaron y pusieron en marcha una estrategia para bloquear el mandato popular.
La embajadora de entonces, Linda Jewell, relata con lujo de detalles los planes que el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, emprendía con el apoyo de múltiples sectores para desestabilizar al régimen. En el cable 07QUITO554 del 8 de marzo de 2007, detalla la destitución de los 57 diputados y explica por qué la oposición traslada su arremetida a Guayaquil: “La mayoría de la gente de la capital cree que la opinión pública es muy favorable para el presidente Correa y la Asamblea (…) Que los defenestrados congresistas consiguieron lo que se merecen”. Y agrega: “en Guayaquil se ha montado un centro de oposición al Gobierno y a la Asamblea; el alcalde, Jaime Nebot, es quien organiza la protesta (…) hemos advertido evitar la confrontación”.
Ante la destitución de los diputados, el Congreso posterga su trabajo hasta el 13 de marzo, y tras reportar en detalle todo lo sucedido, la Embajadora agrega: “El centro de oposición al proyecto de cambio de Correa está liderado por el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, recién llegado de unas vacaciones en familia en Disneylandia. Nebot criticó a Correa diciendo que era menos estadista que el Pato Donald y prometió hacer frente al Gobierno, hasta bajarlo (se puede traducir como destituirlo) a través de las protestas en las calles”.
El cable continúa: “Mientras los acontecimientos políticos se desarrollan en Quito, la base para la formulación de estrategias de la oposición y las esperanzas para el montaje de una exitosa lucha se traslada a Guayaquil (…) El Cónsul General habló con el Alcalde de Guayaquil la noche del 8 de marzo. Nebot expresó su indignación por la situación, refiriéndose a Correa como un «comunista, terrorista y tirano».
La embajadora comenta que aún se habla en Guayaquil sobre la organización de una gran marcha en protesta a las recientes acciones del Gobierno, pero no hay fecha anunciada. Indica: “La élite política y económica de Guayaquil tiene previsto al menos dos sesiones el fin de semana en el balneario de Salinas para trazar una estrategia para hacer frente a Correa. Costeños moderados que habían apoyado a Correa para el cambio se han consternado por su enfoque dominante y se están acercando a Nebot para que contenga al Presidente”.