Las continuas lluvias invernales han ocasionado daños en zonas rurales de Guayas, Los Ríos y Manabí, aunque se reportan daños en casi toda la Costa y en las partes bajas de la Sierra. “Mire esa casita, esa pobre gente está anegadita todita. Ya no pueden vivir ahí y acá los tenemos”, expresa Fabián Mora Castro, montubio del recinto Macul (Palestina – provincia del Guayas). En tiempo de crisis la solidaridad está en todos refiere mientras relata la tragedia de la madrugada del domingo anterior: en Vínces (Los Ríos), que sufrió el desbordamiento del río del mismo nombre, empezó a operar el primer albergue para acoger a los damnificados por las inundaciones. En el sitio hay 72 personas que reciben raciones alimenticias y cuidados médicos.
Justicina Carriel Ramos, directora del albergue, señaló que, con la ayuda de las promotoras y voluntarios, se ejecuta el “Plan retorno de la alegría” a los hijos de las víctimas para que ellos tengan espacios y que la estancia en los módulos no los traumatice.
El alcalde de Vinces, Francisco León Veas, aseguró que el trabajo del ayuntamiento está dirigido a mitigar los efectos de los aguaceros, para lo cual tienen 60 personas trabajando en ello.
“Estuve 19 años al frente de la Defensa Civil antes de ser alcalde y es la primera vez que observamos un invierno de esta naturaleza. Ni siquiera con las lluvias de 1997 y 1998, cuando hubo el fenómeno El Niño hemos padecido esta situación”, aseveró.
En el recinto La Tranca, en Babahoyo, la situación empeoró. Las aguas del río Jujan sobrepasaron la carretera. Quienes debían usar la vía tenían que hacerlo con precaución por temor a ser arrastrados.
Wilson Montalvista Maldonado, morador de la zona, pidió a las autoridades que colocasen un dique en el lugar para contener las aguas y además pidió que arreglasen la falta del fluido eléctrico, suspendido desde el martes pasado.
La situación en el cementerio de Jujan (Guayas) es caótica. Ahí el agua de uno de los afluentes del río Babahoyo ingresó al sector de las tumbas y las inundó. Todo el perímetro lucía copado de agua.
Manabí
Rocafuerte es uno de los diez cantones de Manabí, afectados por el invierno. En el poblado, 4.975 hectáreas de cultivos están afectadas mientras que 10.510 cabezas de ganado y cerca de 3.000 familias han sido perjudicadas.
Además la vía Rocafuerte-Tosagua, a la altura del recinto Buenos Aires. está completamente destruida. Si la carretera colapsa los cantones del norte de Manabí estarán incomunicados.
En el sitio Los Ríos, del cantón Rocafuerte, Segundo Saltos, agricultor y ganadero, calificó a este invierno como el más fuerte que recuerda. “Ni en el fenómeno del año 1983, ni el del 97-98 el agua subió tanto como ahora. Si las lluvias continúan vamos a tener que dejar nuestras viviendas y perder todos los sembríos y ganado”, lamentó.
Para precautelar la vida de sus dos hijos el agricultor los envió a Manta. Está angustiado, ya que de seguir los aguaceros perderá todos sus cultivos de arroz, maíz, camote, verde y ajonjolí.
El canal Mesías, el cual atraviesa la comuna, está al tope de las viviendas de más de 200 familias que viven en la zona.
Orlando Alcívar, quien siembra plátano y cacao, indicó que las dos hectáreas que tenía desaparecieron. Se ha quedado sin nada para poder sobrevivir, reconoció.
“Nadie nos ha venido a ayudar. Necesitamos que nos apoyen en estos momentos críticos que estamos pasando. Si el agua sigue entrando al canal nuestra comunidad desaparecerá del mapa”, advirtió Alcívar.
En Chone, pese a que las lluvias han disminuido, la situación aún es crítica y los habitantes están al borde de la desesperación. El pasado jueves, en el sector de la Chorrera, cerca de 500 familias quedaron aisladas por la caída del puente que atraviesa la zona. El viaducto fue construido en enero del 2011 por el Consejo Provincial de Manabí.
“Solicitamos con antelación al Consejo Provincial que arregle el puente, que fue mal construido y no nos hicieron caso. Ahora estamos incomunicados y no podemos sacar nuestros productos”, afirmó Eliades Velásquez, productor de yuca y verde de Canuto.
Los comuneros de la zona construyeron un puente provisional de caña guadua para poder movilizarse sobre el estero Chorrera, que está a punto de desbordarse.
En el recinto San Silvestre, parroquia Crucita de Portoviejo, 16 familias han sido evacuadas ya que el agua les llegó hasta el cuello. La capilla de la comunidad fue improvisada para albergar a los damnificados.
En Santa Ana, 15 familias fueron evacuadas la noche de ayer en el sector de Las Guaijas como medida de prevención, ya que la colina del lugar está a punto de derrumbarse.
Ricardo Cabrera, jefe de la Mesa Situacional de Manabí, informó que ninguna de las viviendas de las familias evacuadas han sido afectadas al momento, pero la medida fue para precautelar la vida de ellos, ya que se prevé que haya deslaves. En Jipijapa fue afectada una vivienda por estar situada al pie de una quebrada.