El ecuatoriano José Fabricio Icaza, presunto miembro de los «Latin Kings» negó hoy el carácter delictivo de esa banda latina, en el juicio en Madrid contra diez supuestos integrantes del grupo acusados de asociación ilícita y lesiones.
Icaza, conocido como «Príncipe» o «King Baby Black», destacó que, a diferencia de lo que ocurre en Ecuador, «aquí (en España) a cualquier discusión se la llama agresión», pero aseguró que los «Latin Kings» es sólo un grupo que lucha contra la discriminación e intenta hacer amigos.
El acusado negó conocer las bases del llamado «Manifiesto» del grupo, en el que, según el Ministerio Público, se reflejan normas que incluyen acosar, pedir dinero e incluso agredir a los miembros que se quieran marchar o a personas de bandas rivales.
«Todos los que estamos aquí (en el juicio) tenemos el letrero de delincuentes, pero los 'Latin Kings' no tenemos nada que ver con delincuentes», subrayó Icaza.
También prestódeclaró hoy María Torres o «La Madrina», de nacionalidad española y la única mujer acusada que, al igual que los otros dos, se enfrenta a penas de cuatro años de cárcel.
En la audición de las escuchas telefónicas a María, se pudo oír cómo la acusada daba órdenes a chicas o «hermanas» para acudir a reuniones, de manera que no la contradijera ninguna e incluso para que se las expulsara si hacía falta, aunque ella explicó que todo eran conversaciones «normales» entre amigas.
«Esto no es el Opus», respondió la procesada, cuando le preguntaron por qué el grupo separa a chicas y chicos en las reuniones, y resaltó que los «Latin Kings» ayudan, por ejemplo, a chicas que se han enfadado con sus padres.
El juicio, que se prolongará hasta noviembre, es la repetición del celebrado en 2007, que declaró ilegal a los «Latin Kings».
Sin embargo, el proceso de 2007 fue anulado por el Tribunal Supremo de España al considerar que se habían vulnerado los derechos de los procesados por no poder conocer sus abogados defensores datos sobre los testigos protegidos que declararon contra ellos.