En el marco del respeto a los derechos humanos el activista Sacha Llorenti mencionó, en la conferencia organizada por la Cumbre para un Periodismo Responsable (Cupre), que la región da pasos decisivos en esa dirección tomando medidas efectivas contra la pobreza.
Al mismo tiempo recordó que en los últimos 40 años las dictaduras y sus socios en la región han violado esos derechos. «Hay un proceso de manipulación perversa de ataque continuo de calumnias contra los gobiernos progresistas», aseveró Llorenti, quien trajo a colación lo que pasa con Mandela.
Al respecto opinó que el gran personaje mundial de la lucha contra el 'apartheid' ahora es santo de todos, pero estuvo en la lista de terroristas de Estados Unidos hasta 2008. «A través de una construcción mediática y política se tuvo a Mandela como terrorista por muchos años encarcelado, los que lo persiguieron quieren salir en la foto con él porque tratan de eternizarlo», expresó.
Llorenti dijo que muchos consideraron a Mandela como una amenaza y ahora empezó un bombardeo ideológico mediático para apartarlo de la connotación política que tenía. «Mandela era sobre todo un anticolonialista, un antiimperialista, era un actor político, un luchador social ahora lo que se trata de hacer es lavarlo de todo contenido ideológico o político y en esa maquinaria están los medios de comunicación».
El tema de la comunicación es esencial, enfatizó Llorenti, por lo que publicó el libro 'La Verdad Secuestrada', que es un trabajo de investigación que demuestra cómo los propietarios de los medios de comunicación privados en Bolivia han manipulado la prensa para favorecer a sus empresas y grupos de poder nacionales y extranjeros.
Con esta perspectiva recordó que en el caso de Bolivia y varios países de la región los golpes de Estado militares usaban la violación de los derechos humanos, torturas, encarcelamientos, asesinatos, desapariciones forzadas como una política de Estado. «Respondían a una estructura de poder, las dictaduras defendían intereses económicos y utilizaban esa fuerza para mantener intactos esos privilegios fundamentalmente sostenidos desde Estados Unidos», expresó.
Explicó que la dinámica de atentado contra los pueblos desembocó en lo que ahora el presidente Rafael Correa denomina la larga noche neoliberal, caracterizada por la violación y dilapidación sistemática de los derechos económicos, sociales, culturales y de la destrucción de nuestras empresas estratégicas. En el caso de Bolivia vendieron todo, afirmó Llorenti.
Esto motivó una lucha difícil por la recuperación de esos recursos lo que ha permitido reducir la extrema pobreza en Bolivia, casi un 50% en seis años, gracias a que han nacionalizado recursos naturales, recobrando lo que otros vendieron. «En la actualidad no somos ejemplo de cuanta pobreza, ahora estamos en la vitrina de los modelos económicos y sociales del mundo».
El escritor considera que ahora la región atraviesa una tercera etapa denominada «la esperanza de la construcción de una sociedad distinta», pues es un momento maravilloso de la historia del continente.
Agregó que muchos de los gobiernos han emprendido una lógica de construcción soberana de sociedades justas, más humanas, respetuosas de los derechos humanos, pero no solo como el ejercicio de las libertades, sino vinculados a los derechos económicos y sociales.
La lucha por los derechos humanos es la misma que por la liberación nacional, la dignidad y la soberanía, afirmó Llorenti durante la conferencia magistral que dictó en la Flacso.
ORGANIZACIONES MARCHARON EN GUAYAQUIL
Representantes de la Defensoría del Pueblo, Acnur y Organizaciones No Gubernamentales (ONG), como el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, Centro Cultural Afro, Fundación Ecuatoriana de Equidad y otras agrupaciones, participaron ayer en la marcha pacífica para promover los derechos en su día.
La delegada provincial de la Defensoría del Pueblo, María José Fernández, manifestó que aunque el país tiene una Constitución 'garantista' hay normativas que no permiten el pleno goce de los derechos.
Por su parte, Manuel Dos Santos, jefe de oficina del Acnur en Guayaquil, resaltó la importancia de concienciar en las personas el buen trato a los refugiados que en el país son 55.000.
Bandas musicales estudiantiles y proclamas de los distintos gremios participaron en el recorrido que inició en el Parque Centenario y concluyó en el Malecón.
ESTADO RATIFICA COMPROMISO CON LOS DD.HH.
«El deber de todo Estado como política pública es garantizar los derechos humanos en todos los ciudadanos», expresó Gustavo Jalkh, presidente del Consejo Nacional de la Judicatura (CNJ), en el marco de la conmemoración ayer de los 65 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Para la ocasión se develó una placa por parte del CNJ y el Municipio de Quito, en el bulevar de la avenida Amazonas y Naciones Unidas, en el norte de la capital.
En la placa se ratifica el compromiso del Estado ecuatoriano en la defensa y protección de los derechos fundamentales de los habitantes del país.
Augusto Barrera, alcalde de Quito, indicó en su intervención que la placa rememora que se ha avanzado mucho en Ecuador en materia de reivindicación de los derechos.
También se presentó una placa recordatoria para el ciudadano Floresmilo Bolaños Paz, ecuatoriano que estuvo detenido sin sentencia más de seis años.
En la lámina se expresan disculpas públicas a Floresmilo Bolaños y a su familia por la violación de sus derechos fundamentales.
Bolaños fue detenido en septiembre de 1982, acusado de la muerte de Iván Egas, sin que haya alguna prueba que lo relacionara con el hecho.
El 29 de diciembre de 2009 se firmó un acuerdo reparatorio entre el Ministerio de Justicia y Floresmilo Bolaños, en el cual se le pagó una indemnización y en agosto de 2010 se difundieron, a nombre del Estado, disculpas públicas a través de un diario de circulación nacional.