Latinoamérica emerge fortalecida de la crisis gracias a que el desempleo ha podido mantenerse estable a nivel regional y ha disminuido en varios países, así como por la consolidación de su clase media, confirmó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
«En Latinoamérica ha engordado el tamaño de la clase media y eso ofrece posibilidades de un desarrollo mucho más autónomo, que no dependa tanto del comercio internacional, sino de los recursos internos y del propio crecimiento económico», dijo el director del Instituto de Estudios Sociales de la OIT, Raymond Torres.
El experto presentó hoy, en compañía de otros analistas de esa organización, el «Informe Mundial sobre el Trabajo 2013», según el cual la tasa de empleo en la región es del 57,1 %, un punto porcentual por encima de los niveles previos a la crisis.
Según Torres, uno de los avances más significativos que han dado los países latinoamericanos es «haber conseguido aplicar una estrategia (económica) adaptada a su propia realidad» y «haber roto con la tendencia a importar modelos del exterior».
Esto explica que el informe destaque que esta región es una de las tres, entre ocho, donde se ha constatado una disminución del riesgo de tensión social.
La tasa de desempleo regional se sitúa, según los datos más recientes, en torno al 7 %, aunque en el caso de los jóvenes prácticamente se duplica.
A este respecto, el analista consideró que «el desempleo juvenil es uno de los mayores retos que tiene hoy América Latina, pues cada vez hay más jóvenes que acceden a la educación superior y muchos de ellos no consiguen empleos adaptados a su situación».
Por otra parte, Torres destacó que Latinoamérica ha realizado esfuerzos serios en favor de un «crecimiento inclusivo», lo que reconoció que es particularmente difícil en países donde la expansión de la economía se basa en la extracción de recursos naturales.
Este tipo de crecimiento económico genera ingresos que son difíciles de redistribuir en la sociedad, explicó el experto, quien dijo que Brasil es un caso de estos.
El informe de la OIT enfatiza también que en América Latina se observa una alentadora disminución de las desigualdades de ingresos, con un aumento de los salarios que alcanzó el 4 % el año pasado en Brasil y Paraguay, y el 1 % en México y Colombia.
Torres mencionó los casos de Argentina, Uruguay y Perú como los más simbólicos en el esfuerzo por reducir la brecha de ingresos.
En cambio, en El Salvador, Costa Rica, Chile y Honduras se ha observa «un ligero aumento» de esas desigualdades.
Sobre Brasil, comentó que «hay una pequeña, pero alentadora, disminución de las desigualdades de ingresos», un objetivo que es «extremadamente difícil de alcanzar».
Un factor esencial para ello ha sido la extensión de la protección social en ciertos países, a través de programas de subsidios a la población como «Bolsa Familia» en Brasil o «Jefes de Hogar» en Argentina.
«Hemos visto una proliferación de iniciativas en el ámbito de las políticas sociales en la región, algo por lo que nadie habría apostado hace diez años», dijo Torres.
Sin embargo, la amplitud del trabajo informal es una cuestión «sobre la que hay mucho por hacer», reconoció el representante de la OIT.
Según el informe, la incidencia del empleo informal no agrícola es de cerca del 50 % en Latinoamérica, con tasas todavía más elevadas en países como Bolivia, Honduras y Perú.