La joven había sido encontrada sin vida el sábado pasado en el parqueadero Ashintaco del parque Metropolitano. Ayer se realizó el velorio en la sala 1 de la Funeraria Monteolivo, en Quito, donde Leslie, de 22 años, recibió el último adiós de su familia, que desde el 26 de marzo empezó a buscarla.
Una prima lejana contó que apenas notaron su ausencia, el padre de Leslie empezó a poner las alertas en todas las redes sociales, así como cerca del trabajo en la empresa MartPro y en la Universidad Católica, en donde estudiaba Auditoría.
En estos sitios circuló un anuncio, en el que se leía que la última vez que la vieron «vestía una licra negra y una chompa de color beige, además llevaba un bolso de lana café».
La prima de Leslie comentó que el sábado pasado, en la mañana, una mujer había salido a caminar por el Parque Metropolitano junto con su perro, y la mascota habría olfateado el cuerpo de Leslie. Junto a la joven fallecida se encontraron varias pastillas y botellas de agua. También se halló un bolso con todos sus documentos personales.
Con estas evidencias, el personal de Criminalística de Policía Judicial empezó las investigaciones. Lo primero fue la autopsia, en la que se evidenciarían rastros de asfixia, por lo que a primera instancia la Policía descartaría la hipótesis del suicidio.
Aún se analiza sí la víctima fue violentada sexualmente. Según investigaciones, la última persona conocida con la que Leslie tuvo contacto fue su novio.
Los familiares de Leslie -que fue enterrada la tarde de ayer en la Funeraria Monteolivo- la recuerdan como una «hija ejemplar, dedicada a la familia, carismática, presta a ayudar a la gente» y por esta razón, ellos no dejan de preguntarse: «¿qué pasó con Leslie?». Aún no hay detenidos.