Comerciantes se muestran preocupados frente a resolución emitida por el Servicio Nacional de Aduana (Senae), en la que establece que las botellas de tequila, whisky, ron y vodka que están en el mercado nacional deben ser vendidas en cuatro meses, una vez que esté publicada la normativa en el Registro Oficial.
El objetivo de la Resolución Nº Senae-DGN-2013-0300, emitida el 9 de agosto pasado, es controlar el contrabando de este producto y precautelar la salud de los ciudadanos.
A través de la normativa, el Senae solo permitirá que ingresen bebidas alcohólicas al país cuya etiqueta y rotulado estén impresos y fijados por el fabricante de origen. «Después de los cuatro meses iniciaremos las operaciones de control y las botellas que encontremos sin etiqueta serán aprehendidas, porque presumiríamos que fueron ingresadas de contrabando y comenzaremos inmediatamente las acciones legales correspondientes», afirmó Mario Pinto, subdirector general de Normativa del Senae.
La medida tiene asustados a los comerciantes y distribuidores de licores importados, los cuales solicitan un periodo de dos años para vender los licores que tienen en sus bodegas.
Dora Arévalo, propietaria de Comercial Sánchez Arévalo, ubicado en las calles Chimborazo 1218 y Huancavilca, centro de Guayaquil, señaló que necesitan más tiempo para despachar todo lo que tienen en stock, ya que ni con las fiestas de Navidad y fin de año podrán vender todas las bebidas.
A nivel nacional hay en el mercado 80.000 cajas de distintos tipos de licores, mercadería que está distribuida en alrededor de 25.000 clientes que atiende la Asociación de Importadores de Licores Ecuatorianos (AILE).
«Necesitamos siquiera un par de años. El licor es un producto de lujo, que no es de primera necesidad y por lo general las personas lo compran cada cierto tiempo. Es imposible que se venda en cuatro meses todo. La gente prioriza la comida, la ropa y las bebidas quedan en segundo plano», subrayó Arévalo.
La comerciante recalcó que están vendiendo las bebidas a precios viejos e incluso con ofertas, tratando de salir del stock y no tener problemas con las autoridades.
Similar criterio comparte Kléber Pin, administrador del local Select Drinks, ubicado en el centro de Guayaquil, quien agregó que las autoridades deben ver la realidad del sector, ya que con los impuestos que se aplicaron a las bebidas importadas éstas dejaron de venderse como en años anteriores. «Nosotros pagamos impuestos por ventas anticipadas, retenciones de IVA, permisos municipales. No es justo que luego de cuatro meses esta mercadería legal sea considerada como de contrabando», afirmó.
Pin explicó que desde 2011, con la carga tributaria que tienen las bebidas alcohólicas importadas, éstas subieron en un 100%. «El whisky John Barr valía 8 dólares en 2011, ahora cuesta 38 dólares, pero nosotros lo estamos ofertando en 16 dólares para salir del stock», subrayó Pin.
Alberto Sandoval, administrador de una licorera ubicada cerca del parque La Carolina, al norte de Quito, aseguró que las botellas de licor permanecen en las perchas de acuerdo con la demanda que tienen en el mercado. «Todo depende del precio y de la temporada. Una botella de whisky que cuesta 30 dólares no sale a la venta cada fin de semana y puede estar en exhibición entre 15 días y 3 meses», acotó.
Sandoval dijo además que si bien la medida es buena para prevenir el contrabando de licor y que el mismo no sea adulterado, le preocupa lo que pueda ocurrir con la mercancía que no se vendió en el plazo estipulado. «Esto me perjudicaría muchísimo porque yo invierto siempre en este negocio, y si me decomisaran el producto perdería todo el dinero», manifestó.