La directiva de la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocin) liderada por Leandro Aules, amenaza con movilizar a las bases de la organización si la nueva directiva, electa en marzo pasado en Guayas, pretende tomar posesión de las oficinas ubicadas en Quito.
«No vamos a salir. Así ellos vengan con policías y digan que son la dirigencia. Les diremos que lo sentimos, pero aquí hay un nombramiento y una documentación del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES)», sostuvo ayer Andrés Mendoza, dirigente de Comunicación Social de esa organización.
Insistió en que no dejarán ingresar a la directiva presidida por Santos Villamar, campesino de la provincia de Guayas, quien en el Undécimo Congreso de la Fenocin celebrado el 16 de marzo pasado, fue electo por 36 agrupaciones de las 45 que integran la Fenocin.
Tras la elección de marzo, el ex presidente de la Fenocin, Luis Andrango, confirmó que Villamar fue calificado por el 90% de las organizaciones, por lo que las resoluciones tenían legitimidad y validez. En igual sentido habló Pedro de la Cruz, asambleísta y líder de la Fenocin, quien añadió que esperaba que el MIES reconociera a la nueva directiva, como efectivamente ocurrió el 31 de mayo pasado.
«Siempre las organizaciones se manejan con democracia y, bajo ese sistema, hay que respetar lo que dice la mayoría», resaltó De la Cruz en declaraciones a la prensa.
Sin embargo, Valentín Vargas, dirigente de Defensa Jurídica y Derechos Humanos de la Fenocin, de la directiva de Aules, dijo ayer que en el Undécimo Congreso de la Fenocin no fueron tomadas en cuenta las organizaciones de base, por lo que la presidencia de la agrupación seguía en manos de Aules, quien fue electo en el autoconvocado Congreso de la Fenocin celebrado el 19, 20 y 21 de octubre pasado y recibió el reconocimiento del MIES.
Según Mendoza y Vargas, «Aules fue elegido por 40 de las 62 organizaciones de base y ahora el MIES se contradice al reconocer a la otra directiva». Por ello, no descartan sacar a las calles a los miembros de esas 40 organizaciones, para, supuestamente, defender la institucionalidad de la Fenocin.
«El poder de movilización lo tenemos y lo vamos a demostrar», advirtió Vargas. Y fue más allá al tratar de buscar culpables ante posibles hechos de violencia: «Si el Gobierno quiere que se derrame sangre en las calles, no se quién será el culpable».
Vargas denunció que «dentro del nuevo seudodirectorio de Villamar están dos funcionarios públicos: Franklin Columba, quien trabajaría como asesor en el Ministerio de Agricultura, y Carlos Moreta, quien laboraría en la CNT de la provincia de Tungurahua. Esa es una jugada descarada, se hace todo eso pese a que es incompatible la función pública con la función dirigencial».
En el Undécimo Primer Congreso de la Fenocin de marzo pasado en que se eligió a Villamar estuvo Pedro de la Cruz, Silvia Salgado y Enrique Ayala Mora, del Partido Socialista afines al Gobierno.
Para Vargas, eso demostraría la presunta intervención del Gobierno, pero aseguró que ellos cuentan con el respaldo de las organizaciones de base como la Unión Nacional de Organizaciones Campesinas y de la Costa, e insistió en que «a pesar nuestro, esto va a ser una confrontación directa. Vamos a tomar una determinación bastante fuerte».