La actriz Lindsay Lohan evitó ir a la cárcel tras violar su libertad condicional, aunque continuará ingresada en un centro de rehabilitación para tratar su adicción a las drogas hasta el próximo 3 de enero, según sentenció hoy un tribunal de Los ángeles (EE.UU.).
Lohan llegó sobre las 8.20 hora local (15.20 GMT) a la Corte Superior del condado de Los ángeles en Beverly Hills rodeada de una gran expectación mediática en un día en el que el juez Elden Fox tenía que informar a la ex estrella de Disney si la enviaba a prisión.
A pesar de las tensiones familiares, el padre de Lohan, Michael, estuvo presente en la vista oral, al igual que la madre de la artista, Dina.
«Eres una adicta. Espero que entiendas eso», le dijo Fox a Lohan, según recogió la web especializada en famosos TMZ, que señaló que la intérprete asintió con la cabeza.
«No quiero otro descarrilamiento», le advirtió Fox.
La actriz, de 24 años, arrastra un largo proceso judicial por una causa que se inició en 2007 cuando fue detenida por conducir ebria y que se complicó posteriormente cuando Lohan incumplió en reiteradas ocasiones las condiciones impuestas por los jueces para que pudiera seguir en libertad.
A finales de septiembre se supo que Lohan dio positivo en dos controles antidroga y, tras pasar unas horas en prisión, abonó la fianza de 300.000 dólares y decidió ingresar en el centro de rehabilitación Betty Ford, donde estaba desde entonces en espera de conocer si el magistrado Fox la reenviaba a la cárcel.
Finalmente el juez optó por permitir que la actriz continuara internada en esas instalaciones médicas para realizar su tratamiento hasta el 3 de enero, fecha en la que podrá volver a casa hasta que nuevamente vuelva a los tribunales el 25 de febrero para revisar su caso.
Fox ordenó que en el tiempo que esté en libertad Lohan se someta a controles periódicos de consumo de drogas.