Graves interrupciones de servicio afectaron el lunes por la mañana a tres de las principales conexiones ferroviarias con la Villa Olímpica en el este de Londres, cuatro días antes de los Juegos en el último fiasco de transportes que agrava la ansiedad en la capital británica.
Para sumar estrés, el sindicato RMT anunció protestas laborales del personal en algunos puntos de la red de transportes de la ciudad durante las Olimpiadas para pedir primas en recompensa por el trabajo extra que supone la cita.
Los londinenses, acostumbrados a problemas casi diarios en el metro, la red más antigua del mundo de trenes suburbanos, llevan años prediciendo que el exprimido sistema tendría problemas para absorber la carga de trabajo de los Juegos.
La hora punta del lunes pareció confirmar sus peores temores, cuando el sistema de megafonía anunció que la línea Central estaba suspendida en su tramo más atareado, mientras que la Jubilee circulaba a ritmo de caracol.
Redondeando la miseria, un enlace clave con la red Overgound, que circula en superficie, sufría «graves retrasos».
Estas noticias fueron recibidas con incredulidad y resignación, ya que las líneas Central, Jubilee y Overground llegan a Stratford, donde se encuentra la Villa Olímpica y se han concentrado los trabajos de mejora de infraestructura de los últimos años.
«Esto va a ser fantástico para las Olimpiadas», dijo un pasajero de la abarrotada pero al menos operativa línea Northern, ante las carcajadas de sus compañeros de vagón, apretujados como sardinas en lata.
El cierre de la línea Central se debió a la presencia de un pasajero en las vías, algo de lo que difícilmente se puede culpar a los que dirigen el metro, conocido como el «Tube». Pero los retrasos de la Jubilee se debían a problemas en las puertas del borde del andén en la estación de North Greenwich, desde donde se llega a varias sedes olímpicas.
Los problemas en Overground se debían, según la megafonía, a un fallo de señalización, uno de los achaques más frecuentes del sistema de transportes de Londres.
«Está siendo un poco una pesadilla. Parecen no tener personal suficiente. No estoy seguro de que vayan a poder gestionarlo», dijo Mike Troughton, de 30 años, a su salida de la concurrida estación de Liverpool Street.
El RMT ha dicho que el personal de los trenes de South West se negará a trabajar horas extras durante los Juegos, mientras que los de Serco, la empresa que gestiona las bicicletas de alquilar conocidas como «bicis de Boris» por el extravagante alcalde Boris Johnson, harán otro tanto en el primer fin de semana de los Juegos.
Algunos empleados de la empresa municipal de transportes, como los que operan las líneas telefónicas de información, harán huelga durante breves periodos en el fin de semana inaugural, señaló el RMT. Todas estas protestas giran en torno a la demanda de primas olímpicas.
«Aunque hemos asegurado buenos acuerdos sobre reconocimiento y recompensa olímpicas para la inmensa mayoría de nuestros miembros, aún tenemos un pequeño número de empleados esperando», dijo el líder del sindicato, Bob Crow, en un comunicado.