Frente a los marinos, en el Día de la Armada Nacional, el presidente Rafael Correa expuso su visión de las Fuerzas Armadas que quiere para el país. Durante el tradicional discurso por el aniversario del combate naval de Jambelí, el gobernante detalló los problemas que agobian a los militares, los cuales pidió superar.
Primero se refirió al servicio militar, que con la Constitución de 2008 dejó de ser obligatorio. «Percibo que no es eficiente», expresó.
Para él, Ecuador debería tener una fuerza de reservistas, lista para actuar en cualquier momento, como ocurre en otros países. Por eso pidió unos reservistas permanentemente entrenados. «El sistema de conscripción es altamente ineficiente. Es necesaria una revisión del servicio militar», afirmó.
Considera excesivo que actualmente el servicio militar dure un año e innecesario que los conscriptos aprendan allí un oficio, pues ese no es su fin.
Propuso que el servicio militar tenga una duración de dos o tres meses, con entrenamientos anuales. El objetivo es «tener fuerzas de reservas que hoy prácticamente son inexistentes». Para ello prometió el apoyo del Gobierno Nacional.
Luego propuso a las Fuerzas Armadas superar «atavismos culturales». Se refirió a las diferencias que existen entre la tropa y oficiales, que van desde habitaciones hasta utensilios de comida distintos.
Correa no quiere cuarteles separados para la tropa y oficiales. En ese sentido anunció el fin de los descuentos obligatorios en el personal militar, los cuales sirven para financiar clubes o asociaciones.
Como en su gestión se han elevado los sueldos de los uniformados, el Presidente dijo que con esos recursos los soldados tienen la libertad de afiliarse al club que ellos quieran.
Otro problema que citó es la acumulación de propiedades, por lo que lamentó que las Fuerzas Armadas se hayan convertido en las mayores terratenientes del país.
Con base en eso, ordenó que la institución se deshaga de todas las propiedades que no son usadas para fines militares. Por eso se han entregado alrededor de 20.000 hectáreas a ministerios, Inmobiliar y gobiernos autónomos, para que emprendan programas sociales.
Algo parecido dijo sobre el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (ISSFA). No es su fin acumular propiedades, acotó. En ese sentido, también ordenó que todas las empresas de las FF.AA. que no tengan fines de defensa pasen a manos civiles.
En cuanto al bienestar del personal, destacó la inversión de ocho millones de dólares para la construcción de vivienda fiscal dirigida a oficiales casados. «Todo esto, soldados de mi patria, debe cambiar», dijo Correa a los marinos y autoridades civiles y militares que se concentraron en la I Zona Naval de Guayaquil para conmemorar la gesta del cañonero Abdón Calderón.
Además, el Presidente inauguró en forma oficial el edificio de la empresa pública Correos del Ecuador, que alberga a sus 600 trabajadores. La construcción está en Sauces 7 y se hizo con una inversión que asciende a $4'700.000.
Código de Seguridad
El Mandatario también abordó el Código de Entidades de Seguridad Ciudadana que actualmente se discute en la Asamblea Nacional.
Sobre este punto, citó un cambio que traería ese cuerpo legal. Se trata de retirar a las FF.AA. y a la Policía la responsabilidad de la protección de las autoridades del país.
Correa anunció que la ley desarrollaría una institución especializada encargada de ese asunto. Su objetivo sería proteger no solo al Presidente de la República y sus ministros, sino también a los titulares del Legislativo, cortes Nacional de Justicia y Constitucional, Consejo de la Judicatura, entre otras instituciones.
Esos custodios ya no serán uniformados sino profesionales. Como ejemplo puso que estas personas deberían hablar al menos dos idiomas.
Ante posibles críticas de la oposición, de que se estaría formando una guardia pretoriana, Correa negó esa posibilidad. Dijo que esos custodios estarían bajo la tutela de un ministerio.
Mientras que opinó que los investigadores criminales no tienen que ser policías. Con eso se contaría con más policías y soldados para que ayuden a combatir la seguridad. «No estamos contra la crítica, pero todos debemos estar contra la mala fe y la mentira», señaló.
En su alocución, Correa volvió a solidarizarse con el presidente boliviano, Evo Morales, por el agravio que sufrió por parte de cuatro países europeos que impidieron el sobrevuelo de su avión por las sospechas de que en él viajaba Edward Snowden. Por eso también criticó el espionaje masivo perpetrado por Estados Unidos y que fue revelado por Snowden, extécnico de la CIA.
NUEVO PUERTO MARÍTIMO EN ESTUDIO
Habrá un nuevo puerto marítimo de Guayaquil, con capacidad para mover 50 millones de toneladas de carga anuales. Así lo afirmó ayer el presidente de la República, Rafael Correa, en la sesión popular por las fiestas julianas, donde también hizo un recuento de la obra del Gobierno en la ciudad.
«Ese nuevo puerto ya se está estudiando entre la zona de Posorja y el límite con la provincia de Santa Elena», anunció el Mandatario, quien recalcó que se moverá más del doble de la capacidad de la actual terminal portuaria, ubicada en el sur de la ciudad.
Manifestó que lo relacionado al puerto es claramente competencia del Gobierno central, y que contrario a los que calificó como «demagogos de siempre» que improvisan discursos, «nosotros no jugamos con cosas tan serias y estratégicas como estas».
Sostuvo que se trata de acciones planificadas y coordinadas con los demás puertos marítimos del país, que son de propiedad estatal. «Nunca más el absurdo de competencias entre entidades públicas», concluyó.