A 6 meses del terremoto en el que murieron 230 mil personas, una tormenta arrasó el campamento más importante para reubicar damnificados.
Los nuevos daños pusieron en tela de juicio si fue una medida correcta trasladar a los desplazados a este lugar remoto desde campamentos en la capital haitiana.
Unas 5.000 personas viven en el campamento que se ubica en Corail-Cesselesse, una llanura desierta y aislada, a unos 24 kilómetros (15 millas) al norte de Puerto Príncipe, donde firmas surcoreanas quieren instalar fábricas textiles.
Pese a que las personas se habían mudado a la llanura por temor a inundaciones en la zona urbana, donde vivían en tiendas de campaña, torrentes de agua derribaron al menos 94 carpas y sumieron en la oscuridad el nuevo campamento, dijo Georgia McPeak, del Comité Estadounidense para Refugiados, que administra el lugar.