El acoso mediático es una tesis que plantea la responsabilidad de los medios de comunicación en el desprestigio de una persona o marca, cuando se difunde información no verificada. La investigadora española Mariana Parés, que está de visita en el Ecuador, explica cómo opera ese tipo de acoso y plantea la necesidad de regular el tema dentro de la Ley de Comunicación.
Usted afirmó que el acoso mediático en Ecuador ha generado inestabilidad política. ¿Por qué?
Hasta hace poco, en Ecuador solo existía un tipo de medios: los privados, un poder financiero. Los otros medios son los públicos, que son un tipo de poder político. Y para que no se utilice a los medios como desestabilizadores políticos, es necesario que existan los dos. Si en Latinoamérica existe solo uno, el que sea, es más probable que haya inestabilidad política como ocurrió en Italia, el único país europeo que mantenía un monopolio en la comunicación.
Si en todo acoso existe una relación de poder, ¿cuál es el poder que ejercen los medios alrededor de quienes son víctimas de ese desprestigio?
El poder de la información no veraz. El fomentar una mentira vestida como verdad.
¿Por qué lo hacen?
Por intereses creados. Aunque cada caso es distinto, existen dos tipos: el lucro y el divertimento. En Europa se vive más el de divertimento porque su finalidad es vender más prensa rosa y ganar mayores audiencias. En los casos donde el acosador quiere “liquidar” a una marca comercial es porque le interesa su mercado o desea destruir al producto que le genera competencia. Con un rival político sucede lo mismo.
¿Si el acoso mediático es materia de jurisprudencia penal en algunos países, por qué en América Latina y Europa no se ha debatido públicamente?
El acoso mediático que ha llegado a los tribunales de Europa es la persecución a los famosos, que en EE.UU. está penado como stalking (acecho). En América Latina no es común llegar a esa denigración, pero se utiliza el acoso para “liquidar” a un rival político.
¿Por qué el tema no ha llegado al debate público? ¿Es porque involucra a los medios?
Más que con la complicidad de los medios, surge a través de los medios, porque el acoso moral es anterior a los medios. Creo que no se ha debatido por falta de conocimiento del fenómeno que aparece apenas en el 2005. Es una temática nueva.
¿Qué rol juegan los medios de comunicación? ¿Hasta dónde llega su responsabilidad?
En algunos casos los medios son utilizados por alguien que instiga una campaña de linchamiento político o en contra de una marca comercial. En otros casos, pueden ser los propietarios de los medios -o quienes los financian- los que promuevan el acoso.
¿Existe algún caso emblemático de acoso mediático?
En Ecuador está el caso de Sandra Correa (ex ministra de Educación en el Gobierno de Abdalá Bucaram, involucrada en casos de corrupción que la justicia no corroboró), pero a nivel internacional hay casos en donde se utilizó a los medios -con y sin su consentimiento- para promover o destruir carreras políticas.
Quiero referirme al caso de Silvio Berlusconi, el gran propietario de los medios de comunicación italianos, cuyo apoyo lo llevó a la Presidencia. El público recibía una sola versión, la de los medios privados, sin un contraste informativo debido al monopolio de la información. Después Berlusconi perdió la Presidencia, que ganó democráticamente, por un tecnócrata colocado “a dedo”, en un proceso que también usó a los medios para desbancarlo y legitimar un semigolpe de Estado encubierto.
El diario español ABC publicó esta semana que el presidente venezolano Hugo Chávez tiene metástasis y que le quedaría un año de vida. ¿Eso es acoso?
El acoso es un conjunto de acciones repetitivas. Una sola información en sí misma no es acoso, pero si la repiten varias personas y mañana se insiste en el tema, pasado mañana vuelven a tocar el tema desde otro punto de vista y al día siguiente analizan qué es metástasis y lo relacionan con el caso de Chávez, se convierte en acoso.
Si un medio publica una investigación sobre corrupción que involucra a una figura pública y que después la avala una sentencia judicial, ¿es acoso?
No. Eso se llama periodismo de investigación. Es más, si todos los periodistas tuvieran la ética de investigar antes de publicar una noticia, el acoso no existiría.
¿El acoso mediático está tipificado penalmente en Europa?
El problema que existe actualmente es la persecución a los famosos, que hace poco involucró a Carolina de Mónaco. Pero cada país debe regular aquellas actividades que perjudican a la población. Vista la inestabilidad política que existe en el Ecuador, una garantía a la democracia sería que la Ley de Comunicación sancione el acoso mediático y exija la reparación de la honra del afectado.
Los medios privados rechazarían la aprobación de una ley que incluya ese tema porque denunciarían un intento por coartar la libertad de expresión
En principio la libertad de expresión es un derecho, pero no puede afectar a otras personas. Si habláramos de la libertad de circulación, entonces yo no tendría que detenerme frente a un semáforo o a un transeúnte porque atentaría contra mi libertad. Eso es ilógico. Mi libertad termina en donde empieza la de los otros, sino no estamos hablando de libertad.
Si una persona está involucrada en un caso de corrupción, ¿los medios no deberían publicarlo o investigar por fuera de la justicia para evitar caer en el acoso?
El acoso es cuando se traspasa el límite de la verdad, es decir, cuando se difunde una información que no es veraz y que no está contrastada. Si alguien está inmerso en un caso de corrupción los medios no deben más que explicarlo y eso no es coartar la libertad de expresión.