Los profesionales del volante consideran que la empresa de la Prefectura del Azuay les ha causado inconvenientes en lugar de brindar seguridad en las vías que unen a varios cantones de la provincia.
Cinco días después de que el Ministerio de Obras Públicas retirara la concesión del peaje de Chaquillcay a Emvial (Empresa Vial), perteneciente al Consejo Provincial del Azuay, salen a la luz nuevos problemas generados por la anterior administración.
Juan Rodríguez, propietario de un bus de la cooperativa de transporte Santa Bárbara, que cumple el recorrido Gualaceo-Cuenca, cuenta que en un inicio las cosas marcharon bien con el pago del peaje, pero con el pasar del tiempo, tanto él como sus compañeros, tuvieron inconvenientes por incumplimiento de los compromisos adquiridos por la empresa vial en julio de 2005, cuando fue hecha la concesión.
“Estábamos contentos con el servicio porque hubo limpieza (en la vía), pero por mucho tiempo se pagó el peaje y no se vio lo que ellos anunciaron: un puente de cuatro carriles (vía Gualaceo-El Descanso). No lo cumplieron”.
Rodríguez acotó que el plan de seguridad vial era otro de los puntos que causaba molestias a sus compañeros, pues tal situación no se concretó jamás en favor de los transportistas, los cuales sufrían por los constantes derrumbes en la zona. “La otra vez me cayó una piedra en el bus y no me reconocieron nada porque dijeron que era una causa natural.
Ellos argumentaron que lo único que vale es cuando te cae una piedra de otro vehículo”. Rodríguez pagaba diariamente a Emvial $ 6,40 por peaje. Calcula que desde 2005 ha invertido aproximadamente $ 6.000 en ese rubro, y considera que ha gastado mucho más arreglando su vehículo, afectado por los daños causados en la carretera.
El padre de Juan, Alejandro Rodríguez, también es propietario de un bus de la misma cooperativa y también tuvo inconvenientes con la empresa. En una oportunidad una piedra trizó el parabrisas de su carro y no recibió compensación alguna.
Según ellos, la ley establecía que el 80% del gasto por inconvenientes en la carretera corría a cargo de la empresa de vialidad. “Además, no había servicio de grúas para carros grandes. Los camiones y buses quedaban parados por varias horas en un costado y sus dueños tenían que pagar una grúa para trasladarse hacia algún mecánico”.
Vinicio Ortega, chofer de una camioneta de alquiler, era usuario regular de la arteria que une al cantón Cuenca con Paute, Gualaceo, Sigsig, Guachapala, El Pan y Chordeleg. Cuenta que en una ocasión sufrió la rotura del parabrisas de su vehículo y que tan solo recibió $ 20 por parte de la Prefectura cuando el costo del cristal fue de $ 100.
“Hay una propaganda que promocionaba una línea 1800 Ayuda y era mentira. Una vez me chocaron la puerta, fui a pedir ayuda y me dijeron que ya lo habían hecho. Yo estoy de acuerdo con que se cobre el peaje, pero era justo que den un buen servicio y eso no ocurrió”.
Ortega asegura que diariamente promediaba una inversión de $ 2 en el pago del peaje en el centro de Chaquillcay. “Por una parte estaba de acuerdo con el peaje, pero era mucho. No tenían los servicios suficientes para los buses y camiones, no había grúas”.
Empleados de Emvial
A pesar de que ya no se realiza el cobro del peaje, empleados de Emvial asisten a las oficinas del sector para hacer acto de presencia y cumplir con los horarios.
La idea de los 35 empleados es permanecer en el lugar cumpliendo las horas laborales obligatorias hasta el próximo 31 de marzo, fecha en la que serían liquidados.
“Nos dijeron que hasta el 31 de este mes llegábamos porque luego de eso vendrán todos los trámites de ley para darnos la indemnización justa que nos corresponde.
La mayoría de nosotros no sabemos en dónde vamos a trabajar porque en nuestros cantones no hay fuentes de trabajo”, manifiesta Ana Flores, operadora de una de las cabinas. Este diario intentó conversar con el prefecto de Azuay, Paúl Carrasco, pero no hubo respuesta.