El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió que los preparativos para la Copa del Mundo de 2014 podrían correr peligro si las autoridades gubernamentales y los empresarios no trabajan juntos en los próximos años.
«Tendremos problemas si no estamos de acuerdo», dijo Luiz Inácio Lula da Silva el lunes por la noche en una reunión con líderes del sector de la infraestructura en Sao Paulo.
Brasil necesita grandes obras para organizar el torneo en cuatro años, y muchos observadores e incluso oficiales gubernamentales reconocen que el país tiene que acelerar el ritmo de los trabajos para estar listo a tiempo.
Se espera que Brasil gaste unos 20.000 millones de dólares en infraestructura para la Copa del Mundo, pero la burocracia _especialmente en los procesos de licitación y de permisos ambientales_ podría crear obstáculos y retrasar algunas obras.
Brasil ya incumplió con una fecha límite para comenzar a renovar la mayoría de los 12 estadios que serán utilizados en el torneo. Sao Paulo, la ciudad más grande de Sudamérica, no tiene un proyecto para reemplazar al estadio Morumbí, descartado de la lista de sedes por carecer de garantías financieras.
Lula indicó que será ilógico que el partido inaugural del torneo no sea en Sao Paulo, pero reconoció que la decisión de la sede que se propondrá a la FIFA posiblemente no será antes de las elecciones brasileñas de octubre.
Algunas de las exigencias (de la FIFA) son correctas, algunas son exageradas, comentó Lula. Pero creo que llegaremos a un acuerdo.
El ministro de deportes de Brasil, Orlando Silva, dijo que dirigente de la FIFA estarán en Brasil en septiembre para inspeccionar todas las sedes. Señaló que será importante que Sao Paulo tenga un proyecto para entonces.
Espero que Sao Paulo tenga algo, pero ya casi he tirado la toalla, reconoció el ministro.
Además de mejoras en infraestructura, Brasil tendrá que superar otros retos similares a los de Sudáfrica _ altas tasas de criminalidad, grandes distancias entre las ciudades, y la disparidad entre los ricos y los pobres.
En tanto, las obras de renovación del estadio Maracaná de Río de Janeiro comenzaron oficialmente el martes.