El presidente venezolano, Nicolás Maduro, repudió este martes las burlas de las que es objeto desde que el pasado domingo se cayó de una bicicleta en un acto público, denunció ser víctima de «racismo social» y contó que antes también se cayó de un caballo.
Aunque comenzó por recordar como «algo medio chistoso» lo que le sucedió hace dos días cuando en una actividad pública del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), al que pertenece, se cayó de la bicicleta, terminó su relato condenando «la maldad» de los comentarios.
«¿Saben de dónde viene la maldad? De quienes nos desprecian, de quienes tienen su corazón preñado de racismo social. Los acuso, sí, de racismo social, desprecio al pueblo, de odio al pueblo», remarcó en una alocución televisada por la inauguración de una obra pública.
Maduro, de 50 años, admitió que se golpeó «duro» en la espalda, pese a lo cual, insistió, «esa gente que nos odia, los racistas, los de la oligarquía racista, empezaron a burlarse».
«Increíble lo que escriben en Twitter, deseándole a uno lo peor, incluidos dirigentes políticos de la oposición» que reproducen el vídeo que registra su caída solo «para burlarse», dijo.
«Yo no me atrevo a burlarme (…); si veo por ahí a Ramos Allup (un dirigente opositor) que se cae de un triciclo, lo ayudo a levantarse, por humanidad», pero en cambio otros opositores «deseándole a uno lo peor», lamentó sin identificarlos.
A estos les advirtió: «Todo el que piense y desee el mal (para el prójimo) se le regresa. Yo estoy de acuerdo con eso: se le regresa completo».
El jefe de Estado admitió que se cayó porque «venía payaseando», aunque se felicitó de que la caída no tuviera consecuencias.
«Salí disparado, pero caigo bien porque he practicado deportes (…); caigo de cabeza, doy la vuelta y después me dejo llevar con el cuerpo, con la técnica de llevarse la fuerza, y caigo y veo hacia arriba y empiezo a reírme. Me río porque se vienen todas las otras bicicletas y me caen encima», relató.
Maduro aprovechó para contar que en el pasado reciente también fue protagonista y a la vez blanco de risas por otra caída suya.
«Iba cabalgando y saludé a todos y todos aplaudieron, pero había una montañita (…); me vieron pasar saludando y después no vieron más nada. Llegó el caballo (solo) y más tarde venía yo lleno de barro. El caballo vio un pantanal y no quiso seguir y se lanzó, igual que la bicicleta; la bicicleta se lanzó», sostuvo.
Esa caída no fue grabada, pero sí la del domingo, la cual pidió que sea reproducida por los canales de la televisión estatal, cuando descendía a velocidad por una céntrica calle de Caracas, junto a ministros, familiares y activistas del PSUV.
«Recorrimos (un trayecto de 8 kilómetros) muy rápido, yo sentí que fue muy rápido (…) y como venía hablando con Jorge (Rodríguez, alcalde de Caracas) solté el volante y nos estrellamos, pero así como nos estrellamos nos levantamos, muertos de la risa», relató el mismo domingo.