Durante la última década dos enfermedades se han mantenido como las más comunes en el ítem de morbilidad del Ministerio de Salud Pública: las infecciones respiratorias agudas y las diarreicas.
Morbilidad no significa mortalidad sino la proporción de personas que se enferman en un lugar y en un tiempo determinado.
El jefe de Gastroenterología del Hospital Francisco de Ycaza Bustamente, Félix Carrera, explica que las infecciones diarreicas agudas se caracterizan porque evolucionan en periodos de 14 días y se presentan de forma brusca.
Generalmente, son causadas por microorganismos como los virus, bacterias, parásitos y toxinas alimentarias. El mismo patrón de morbilidad es constante en 24 provincias de Ecuador consideradas dentro de las estadística, desde 2000 hasta 2010.
Carrera considera que la estructura sanitaria del país es deficiente, así como la poca cultura de las familias en el área de la salud. “Hay que tener agua segura en las casas, especialmente aquella que se utiliza para que los infantes beban o se bañen, además los niños menores de dos años no deben ingerir alimentos en la vía pública si queremos evitarles diarreas”, dice.
La ingesta de alimentos recalentados, especialmente en sitios donde la movilización de personas es masiva, afecta a los menores.
Por otro lado, las infecciones respiratorias agudas son comunes en el país porque nos encontramos en una zona tórrida, lo que favorece la aparición de este tipo de contagios, señala Luis Rodríguez, profesor de Epidemiología y Medicina preventiva. “Esta clase de infecciones se transmite por vía aérea, por lo que se propagan con facilidad y, son las más complejas de controlar”.
El árbol respiratorio de las personas tiene varios niveles y subdivisiones, de modo que las enfermedades respiratorias -siendo la más común la gripe- afectan las vías altas y están relacionadas con los cambios de estación y de clima.
“Lastimosamente en la Costa los aires acondicionados no se utilizan para temperar los ambientes, sino para congelarlos. La gente que vive en lugares soleados entra a ambientes fríos y estos cambios bajan las defensas y hacen a la gente susceptible a infecciones virales”, explica Rodríguez, quien también alerta sobre el uso de “misilazos” farmacéuticos, para tratar las gripes, recetados en ocasiones por amigos o por personal de farmacias.
El año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre el uso indiscriminado de antibióticos, mal empleados en el tratamiento de cuadros virales, explicando que si esto no se detiene los medicamentos pueden volverse inútiles.
Los medicamentos de este tipo solo deben utilizarse para tratar infecciones de tipo bacterianas, ya que no pueden ingresar a las células, que son como las casas de los virus; las bacterias, en cambio, no viven dentro de las células y los antibióticos las eliminan. “Sucede que los pacientes con gripe piden medicamentos en las farmacias y los dependientes les recomiendan muchas veces antibióticos de amplio espectro para infecciones que pueden curarse con medicamentos básicos”.
Los factores externos que causan las enfermedades respiratorias se han incrementado, dice Patricio Rosero Herrera, líder del Servicio de Neumología del Hospital Eugenio Espejo y miembro de la Sociedad Ecuatoriana de Neumología.
Explica que la presencia de las cepas H1N1 y HN32 combinadas con otros factores, como el cambio de clima y la presencia de enfermedades como la neumonía, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la fibrosis quística, el asma y otras enfermedades relacionadas, han originado que las infecciones respiratorias sean comunes en el país.
El especialista señala que en Ecuador, los desórdenes respiratorios se pueden dividir por regiones. En la Sierra y en la Amazonía es común la EPOC porque todavía existen poblaciones donde la gente cocina con leña. También incide la exposición al humo del cigarrillo. En la Costa, en cambio, se manifiestan enfermedades crónicas infecciosas como la tuberculosis.
La tuberculosis fue remplazada por las enfermedades venéreas
Desde 2000 hasta 2003 el paludismo era la tercera enfermedad más común de Ecuador. A partir de 2004 esta infección causada por parásitos empieza a reducirse y es remplazada, en frecuencia, por enfermedades de transmisión sexual, que hasta 2010 registraban en Manabí 52.720 casos anuales, en Pichincha 46.180, y en Guayas 35.556.
Mariana, vendedora de seguros, pide que no se revele su apellido porque aún siente vergüenza de su “Living la vida loca”, como ella le llama al período en el que contrajo gonorrea.
“En mi vida había oído hablar de esta enfermedad”, recuerda, hasta que a inicios del año pasado aumentó el número de visitas que hacía al servicio higiénico.
“Primero pensé que tenía una infección de las vías urinarias, pero me hice los exámenes y el médico me dijo que tenía gonorrea. Fue horrible”, señala.
Ella recuerda que en esa época mantenía relaciones sexuales con dos personas sin utilizar preservativos. “La gonorrea jamás se te va a ver en la cara; si la gente supiera las molestias que te puede traer una enfermedad así, incluso se te ponen rojas las partes íntimas. Lo pensaría dos veces antes de tener relaciones sexuales sin condón”, reflexiona.
La gonorrea, junto a la tricomoniasis, la sífilis y la clamidia son las enfermedades de transmisión sexual, curables, más comunes. El VIH-sida, por otro lado, es una infección crónica de transmisión sexual que se registra en mayor medida en la provincia del Guayas.
Durante todo 2010, 532 personas contrajeron el virus de inmuno deficiencia adquirida en la provincia, según los registros del Departamento de Epidemiología de la provincia del Guayas.
El 11% del total de infectados se dedica a realizar quehaceres domésticos, el 41% terminó la primaria, el 47% la secundaria y el 8% había recibido instrucción universitaria.
Los hombres infectados son mayoría, con un 71%, frente a las mujeres, que constituyen el 28%. La enfermedad se concentra especialmente en las personas que tienen entre 15 y 35 años, el 55% del total; le siguen las personas con edades que oscilan entre los 36 y los 49, que son el 27%.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año en el planeta una de cada veinte muchachas adolescentes contrae una infección bacteriana por contacto sexual, pero la mayor preocupación es que se observan este tipo de contagios cada vez a edades más tempranas.